Aquella primavera de
1924 fue dura para el común de la clase trabajadora de Sanlúcar. Durante el mes
de Marzo un temporal de fuertes lluvias había dejado a los jornaleros y marineros sin trabajo[1]
así como el cierre del puerto
de Sevilla por la crecida del rio. Ante
la alarmante situación el Ayuntamiento
intentaba paliar la situación socorriendo a los trabajadores en paro con 10
reales e intentando conseguir del gobierno
de Primo de Rivera la continuación de las obras del puerto de Bonanza y la construcción de la carretera de Sanlúcar
a Trebujena. Según publicaba el diario “El siglo futuro”[2]
después de que se reuniera una comisión de los trabajadores con el alcalde, se
había dado trabajo a 400 parados, algo que solo era un parche en una ciudad
donde se llegaba a los 3000 desempleados [3].
Pasado el temporal la
ciudad volvió a una calma relativa animada por la llegada de los veraneantes
estivales, algo que como hoy, era sinónimo de trabajo estacional. El turismo
procedente de Sevilla en el vapor “San Telmo”, desembarcaba en el puerto de Bonanza, lo que conducía a los cocheros de la ciudad a ofrecer sus servicios a los visitantes llevándoles hasta la ciudad. Podemos hacernos una idea de la gran afluencia de público si tenemos en cuenta que hasta el puerto llegaban también los cocheros de los pueblos vecinos, lo que provocó las protestas de los cocheros locales. Estos decidieron ponerse en huelga pero presentándose en Bonanza para dar plantón a los viajeros[4]. El ayuntamiento ante la protesta de los veraneantes, que se vieron obligados a llegar andando a la ciudad, decidió encarcelar a todos los cocheros que habían participado en el plante.
Pero sin duda en suceso más grave ocurriría el
25 de julio, cuando de forma accidental, se declaró un incendio en el depósito de gasolina que se guardaba en
el cuartel de los carabineros de Bonanza. Dicho edificio, conocido como “la
casa del vapor” había sido construido
por la “Compañía del Guadalquivir[5]”
en la década de 1830 para alojar a los
viajeros, pero desde principios del S. XX se
llevaba utilizando como cuartel[6] de
los carabineros.procedente de Sevilla en el vapor “San Telmo”, desembarcaba en el puerto de Bonanza, lo que conducía a los cocheros de la ciudad a ofrecer sus servicios a los visitantes llevándoles hasta la ciudad. Podemos hacernos una idea de la gran afluencia de público si tenemos en cuenta que hasta el puerto llegaban también los cocheros de los pueblos vecinos, lo que provocó las protestas de los cocheros locales. Estos decidieron ponerse en huelga pero presentándose en Bonanza para dar plantón a los viajeros[4]. El ayuntamiento ante la protesta de los veraneantes, que se vieron obligados a llegar andando a la ciudad, decidió encarcelar a todos los cocheros que habían participado en el plante.
Según apareció en los principales periódicos nacionales[7], el incendio se declaró por causas desconocidas en el cuartel justo en el lugar donde se hallaban hasta 12 bidones de gasolina. La violencia de las llamas puso en peligro las casas colindantes del barrio, pero el mayor peligro se encontraba en que el fuego alcanzara al depósito de armas del cuartel, lo que podría provocar una tragedia aun mayor.
Los carabineros y algunos vecinos se veían incapaces de controlar el incendio, pero por fortuna se encontraba amarrado en el puerto de Bonanza el cañonero “ Delfín. “ Al ver las llamas, la tripulación saltó a tierra dirigida por el contramaestre del buque y el jefe de máquinas utilizando todo el equipo del que disponían en el buque. Junto con ellos llegaron de Sanlúcar el reten de “anti incendios” y después muchas horas lograron sofocar las llamas. Finalmente, el balance de daños materiales fue cuantioso, pero gracias a la labor de los vecinos y los carabineros solo resultó herida una mujer junto con uno de ellos por quemaduras graves en todo el cuerpo.
En los meses posteriores, las autoridades
militares quisieron reconocer la labor
de estos militares de Bonanza condecorando a Cipriano Luque y a Manuel Velázquez con la cruz de Beneficencia. Gracias a su
labor y la de otros que permanecieron en
el anonimato se pudo evitar que las
llamas arrasaran el barrio de Bonanza.
[1] “ La voz” Martes 24 de Marzo
1924
[2] “ El siglo futuro” Vienes 21 de Marzo 1924
[3] “ El Sol” Jueves 26 de Marzo
[4] “ El imparcial” 16 de julio de
1924
[5] Guillamas Galiano, Fernando. Historia de Sanlúcar de Barrameda. Imprenta del colegio de
Sordomudos de y de Ciegos. Madrid 1858. Pág. 179
[6] Barbadillo Delgado, Pedro, Historia de Sanlúcar de Barrameda. Ed.
Cerón impresor. Cádiz 1942. Pág. 180.
[7] “ El Heraldo de Madrid” 26 de Julio 1924.
No hay comentarios:
Publicar un comentario