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domingo, 20 de mayo de 2018

Rafael Mendicuti Surga (1814-1860?): un sanluqueño junto al general Espartero.


http://roderic.uv.es/handle/10550/43En Agosto de 1845 la prensa nacional se hacía eco del arresto  del brigadier de caballería Rafael Mendicuti Surga, que sería desterrado desde Sanlúcar a la población sevillana del Arahal. Dicha medida dictada por el gobierno del general Ramón María Narváez, estaba dentro de la política represora contra los líderes del prófugo partido progresista; no en balde, Mendicuti había sido durante muchos años el hombre de confianza del general Baldomero Espartero, héroe de las guerras carlistas y regente del reino de España.
Cuando tratamos de celebridades señeras de la historia de Sanlúcar, el siglo XIX parece casi huérfano de grandes nombres que aún lejos de su ciudad de origen, destacaron en los acontecimientos más importantes de la nación. Una de esas figuras, hoy olvidada, fue sin duda Rafael Mendicuti Surga, nacido en Sanlúcar de Barrameda en 1814 y que en el desempeño de la carrera militar, fue testigo de sucesos como el motín de los Sargentos de La Granja, o el llamado abrazo de Vergara que dio fin a las guerras Carlistas.
El militar sanluqueño nacería un 15 de Abril, siendo hijo de José Mendicuti[1] natural de las Cabezas de San Juan y Luisa de Surga y Cortés[2]. Del mismo matrimonio nacería su hermano José en 1830, el cual desempeñó diversos cargos públicos en Sanlúcar como miembro de partido progresista. Rafael después de comenzar los estudios en Sevilla de derecho y filosofía y desoyendo los consejos de su madre[3], ingresó en 1832 en el Real cuerpo de guardia marchándose a Madrid.
Después de pasar dos años en la capital, en 1834 su escuadrón fue destinado a Burgos con la misión de capturar al antiguo guerrillero conocido como el “Cura  Merino” que a principio de  la década de 1830 se había unido a las filas carlistas. Durante este servicio se le ascendió a cadete destinándosele nuevamente a la capital del reino  aún a  pesar de solicitar  permanecer en la campaña.

El motín de los Sargentos de la Granja. (1836)   
El denominado motín de los sargentos de la Granja, ocurrido en Agosto de 1836, fue sin duda uno de los sucesos más importantes dentro del periodo de la regencia de la Reina María Cristina, esposa de Fernando VII. Los acontecimientos se desencadenaron la tras la destitución en mayo del presidente del gobierno Juan Álvarez Mendizabal, líder de los liberales progresistas. Con un malestar creciente con la corona dentro de la facción política, aprovechando la estancia de la reina en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, un grupo de sargentos se sublevaron pidiendo la restitución de la Constitución de 1812. Debido a que los oficiales de alto rango se encontraban ausentes al haber asistido a una función de ópera,  parte de los soldados dirigieron su ira contra  sus compañeros que no se habían unido a la revuelta entre los que se encontraba el propio Mendicuti. Este, acantonado en su cuartel y viendo el cariz de los acontecimientos, ordenó a su escuadrón de caballería formar en el patio y esperar impasibles al regreso de los mandos. Al cabo de varias horas y tras negarse a facilitar caballos a los amotinados,  llegó la noticia de que debía jurar acatar la constitución de Cádiz y como premio a su lealtad, ese mismo día fue ascendido a sargento. Sin embargo, para sorpresa de muchos el sanluqueño rechazó el ascenso, alegando que se debía más a causas políticas que a sus méritos en el ejército.

Las guerras carlistas y la regencia. Su vinculación con general Espartero. (1837-1843)
En Junio de 1837 tras el recrudecimiento del conflicto contra los partidarios de Carlos María  Isidro, fue requerido por el general Baldomero Espartero para que le asistiera como su ayudante de campo. Durante los dos años siguientes, Rafael Mendicuti intervino con el rango de capitán de húsares en las principales batallas  del norte de España, destacando su participación en el sitio de Peñacerrada.( País Vasco)
En dicha plaza se había acantonado los carlistas sin voluntad de rendirse, con la amenaza de Espartero de bombardear la fortaleza si no cesaban en su decisión. Después de mandar el general hasta tres emisarios a los sitiados, el sanluqueño se ofreció para un desesperado intento de evitar una masacre, lo cual consiguió tomándose el castillo con pocas bajas por ambas partes. En recompensa, Espartero reconoció la labor de su subalterno otorgándole una cruz forjada con el bronce de los cañones tomados al enemigo  y recomendándole además para desempeñar un cargo en el gobierno, favor al que  renunció Mendicuti prefiriendo seguir en la campaña.
Con la guerra inclinada a favor de las tropas del gobierno de Madrid , en Agosto de 1839 se firmaría el llamado pacto de Vergara entre Espartero y el general  carlista Maroto que terminaría con la guerra. Durante las semanas que duró las negociaciones secretas, el militar sanluqueño participó como hombre de confianza del duque de la Victoria siendo uno de los pocos testigos del acuerdo entre los dos militares. Al año siguiente fue ascendido a teniente coronel, sin embargo su prueba de fuego llegó en 1840.  En ese año el enfrentamiento entre los grupos progresistas y moderados llegó al propio ejército y de este a la población. Así durante la estancia de la reina María Cristina en Barcelona, esta se negó a aprobar las leyes progresistas que Espartero había presentado. Con esta  la negativa, las capas populares junto con una parte de las tropas de la ciudad se levantaron contra la corona, manteniendo el sanluqueño su guarnición acuarteladas para evitar el amotinamiento.

 Es de reseñar que aunque Mendicuti militó en las filas progresistas, sus opiniones no coincidían plenamente con las del líder del partido. Así cuando regresó a Madrid ese mismo año, su relación con los partidarios del ´duque de la Victoria se había vuelto distante. Con un clima político cada vez más complicado y  a pesar de las discrepancias  con el regente, mantuvo su fidelidad personal a quien había sido su mando. De esta forma cuando en Octubre de 1841  tuvo noticias del golpe que estaba preparando el general Concha  contra Espartero, corrió a casa del regente para advertirlo y acto seguido, se presentó en el cuartel del regimiento de Soria para  al frente de estos cargar contra los insurrectos. Como premio a este nuevo acto de fidelidad que le supuso el ascenso al grado de coronel del que no disfrutaría  hasta casi una década después.

Los años de exilio y represión :( 1843-1847)

En Junio de 1843, los generales y líderes del partido moderado Ramón María Narváez, Manuel Gutiérrez de la Concha y Francisco Serrano regresarían a España procedentes de Francia para derrocar al regente Espartero. La batalla entre  las tropas leales a la reina María Cristina tendría lugar cerca de Torrejón de Ardóz, donde parte de los soldados del ejercito esparteristas desertaron a las filas moderadas  consumándose la caída de la regencia del duque de la Victoria. Sabiéndose perseguido por los moderados, Mendicuti  se dispuso a huir disfrazado a Cádiz donde pensaba que podría encontrarse oculto el propio Espartero. A su paso por Bailén, fue detenido por las tropas del  gobierno de Narváez, que lo llevaron preso a Granada, donde permaneció encarcelado casi un mes en la Alhambra. Después de ser liberado, retomó su marcha a Cádiz, pero al llegar a la ciudad supo como el militar hacía varias semanas que  había  embarcado en  El Puerto de Santa María rumbo a Inglaterra.
Teniendo en cuenta el clima de represión contra los progresistas, el sanluqueño embarcó en el vapor británico Malabar anclado frente a Rota, para marcharse a Inglaterra donde permanecería casi un año. A finales de 1844 regresaría a España pensando que el gobierno no tendría ninguna causa penal contra él, sin embargo nada más llegar a Madrid fue detenido y encarcelado durante cuatro meses siendo degradado además de su rango militar. Al salir de la cárcel decidió regresar a Sanlúcar, no sin antes intentar socorrer con sus ingresos  a  otros compañeros de filas[4].
A mediados de 1845, Rafael Mendicuti regresó a su pueblo pensado que el gobierno moderado cesaría en su persecución al alejarse de la corte. Pero como suele ocurrir, la inquina y el rencor de los vencedores contra los derrotados tarda mucho en desaparecer. En Agosto la prensa se hacía eco de la orden del gobierno de desterrar al sanluqueño al pueblo sevillano del Arahal[5]. Curiosamente, Mendicuti, durante sus estancia en Sanlúcar se alejaría de cualquier actividad política, solo apareciendo en la prensa como uno de los promotores de las primeras carreras de caballos[6] [7] ostentando el título de secretario de la recién creada Sociedad de Carreras de caballos.
El regreso a la vida pública.  (1852-1857)
Después de varios años de persecución y con una hacienda mermada por los avatares de la época, Rafael Mendicuti regresaría a la política para desempeñar una comisión a las órdenes de su compañero Joaquín Armero que ostentaba el cargo de Capitán general de Extremadura. Terminado este servicio, dos años después fue designado por el ministro de guerra general D. Anselmo Blaser como comisionado a Andalucía pudiendo establecerse en Sanlúcar. Su vinculación al progresismo dio por fin un justo reconocimiento cuando durante el bienio progresista (1854.1856) fue elegido como diputado por Cádiz en las cortes generales,[8] siendo además  nombrado por el nuevo gobierno de  Espartero para el cargo de gobernador militar de Huelva. Pero como venía siendo costumbre en el sanluqueño, prefirió renunciar al nombramiento sabiendo que este se debía más al interés político que al reconocimiento de sus méritos dentro del ejército.
Con la caída nuevamente del progresismo, Mendicuti se retiró definitivamente a Sanlúcar con el título de brigadier de caballería, recibiendo además en 1857 la cruz de San Hermenegildo la cual  aceptó por significar un galardón militar por su carrera. Sobre los últimos años de su vida en la villa sanluqueña poco se sabe ,incluida la fecha de su muerte. Si bien es cierto, que en la década de 1860 parece desaparecer toda noticia sobre él exceptuando su integración dentro de la Sociedad de carreras de caballos de Sanlúcar[9]. En la vida política, recogió el testigo su hermano José como uno de los líderes del partido progresista y que tomaría parte en la revolución de 1868 en la villa.
Sin duda la figura de Mendicuti Surga sería merecedora de una monografía que analizara tanto su figura como su destacada participación en la política de su tiempo. Su relación  personal con el general Espartero y los principales líderes políticos del periodo isabelino lo hacen ser uno de los personajes más relevantes de la Sanlúcar del S. XIX.

José Mª  Hermoso Rivero.

 


[1] Climent Buzón, Narciso , Historia social de Sanlúcar de Barrameda. Vol. VI. En los tiempos de Rubio Contreras. ( 1868-1902) Ed. ASEHA. Santa Teresa Industrias gráficas. Pág, 28
[2]  CARO CANCELA, Diego ( DIR.). Diccionario biográfico de parlamentarios de Andalucía ( 1808-1869)   E.D. Centro de estudios Andaluces Consejería de Presidencia.  Sevilla 2012. Pág. 212. Ed
[3]  San Miguel, Evaristo, ( Prol) Estado Mayor General del Ejército Español. historia individual de su cuadro, formada con las biografías de los que más se han distinguido e ilustrada con los retratos de cuerpo entero : redactada con la aprobación de S.M. / Sección de Brigadieres . Imprenta de Pedro Montero. Madrid. 1852.
 
[4] Diario “ El clamor público” Jueves 23 de Enero 1845.
[5] Diario  “ El Heraldo “ 14 de Agosto de 1845
[6] GARCÍA RODRÍGUEZ José Carlos, Las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda (1845-1995) Ed. Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda. Imprime Santa Teresa Industrias gráficas. Sanlúcar 1995.Pág.49
[7]  Diario “ El espectador”  21 de mayo 1846
[8] San Miguel, Evaristo, ( Prol) Estado Mayor General del Ejército Español. historia individual de su cuadro, formada con las biografías
[9] GARCÍA RODRÍGUEZ José Carlos, Las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda..Pág.50

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