Juan Alcón es un apasionado de la
Historia de Sanlúcar desde mucho antes incluso de haber podido imaginar que iba
a dedicarse profesionalmente a los
libros. En los últimos años –deben ser cosas de la edad, reconoce – se ha
dedicado a coleccionar todo lo que encuentra sobre Sanlúcar en cualquier parte
del mundo.
Fue así cómo, tirando del hilo de
una misteriosa fotografía que había adquirido en Alemania, se encontró con un
pequeño y desconocido libro escrito en alemán, con un sorprendente título: “Die Hexe von San Lucar” (La bruja de
San Lúcar). Era una edición cuidada
y, según el anticuario que lo vendía, ilustrada magníficamente por uno de los
artistas gráficos más reconocidos de la época. Merecía la pena arriesgarse
–pensó-, de todas formas no iba a ser la primera vez que metiese la pata por
comprar a ciegas.
Al abrirlo descubrió que el libro,
editado en Bremen en 1925, se refería indudablemente a Sanlúcar de Barrameda y,
aunque no entendía ni una sola palabra, por la descripción inicial -descifrada
a golpe de traductor-, que se hacía de la ciudad y los topónimos que aparecían
a lo largo del relato, pudo darse cuenta de que tenía entre sus manos algo muy
especial, aunque no intuía aún la verdadera dimensión de su hallazgo.
Si por el título era imposible
recabar ninguna información sobre el libro, se decidió a investigar sobre el
autor: Hans Krüger-Welf. ¿Quién fue este hombre que escribió y publicó tan
cuidadosamente en el norte de Alemania un libro sobre Sanlúcar con tan extraño
título? Imposible encontrar nada sobre su vida (algo que confirmarían luego los
traductores a pesar de sus intentos y consultas a Universidades alemanas), sus
datos biográficos se reducían a su relación con uno de los autores cumbres de la
literatura fantástica: el alemán Hanns Heinz Ewers, sobre él escribió una
biografía (o más bien una alabanza) y para él prologó el tomo dedicado a
Bécquer de su famosa antología de literatura fantástica . Curiosamente, Ewers
sí vivió en la provincia gaditana durante la I Guerra Mundial, cuando huía de
las autoridades norteamericanas, que lo juzgaron finalmente por espionaje.
Nunca, desde el principio, afirma Juan Alcón, descartó la hipótesis de que se
trataran de la misma persona, del mismo modo opinan los traductores en el prólogo.
Cuando Cristóbal Puebla, escritor y
profesor de Lengua y Literatura Española, y su amigo alemán, Per Kühne,
profesor de Lengua Española en Bremen durante más de 30 años y residente
actualmente en Sanlúcar, se ofrecieron a traducir La bruja de Sanlúcar, el primer problema que se les planteó fue precisamente
el de la autoría. ¿Qué hacía este
fantasma en la Sanlúcar de los años veinte escribiendo un libro sobre brujas? Como
afirman en el prólogo, del que también ambos son autores, es extraño que un
escritor capaz de condensar en esta breve joya literaria la atmósfera, las
pasiones, el paisaje, la luz y las gentes de una ciudad, además de dotarlos
de un alto simbolismo poético, en la que
se reconoce por tanto a un formidable escritor, no haya dejado tras de sí más
obra de ficción que la ahora recuperada.
Palabra tras palabra, párrafo tras párrafo, en
una laboriosa tarea de verter al español la prosa nerviosa, ágil y vívida del
escritor alemán, fue apareciendo una maravillosa leyenda de la Sanlúcar del
siglo XIX, un fresco de la ciudad centrado principalmente en el barrio marinero
que, aparte de su indudable valor literario, presenta muchos otros puntos de
interés, como la descripción de la psicología de sus personajes arquetípicos,
sus supersticiones, sus costumbres, las ancestrales tradiciones de los gitanos
de Bonanza, sus trabajos y afanes, presentando un retrato de las tensiones
sociales que se originan, producto de la ingenuidad, la miseria y el racismo a
partes iguales. Frente a esta Sanlúcar, que adquiere valor mítico, se opone la
otra, la ciudad-balneario, por donde se pavonean los ricos veraneantes de
espaldas a esa amarga realidad social.
Esta obra, editada por FÓRUM
LIBROS, es la primera edición tras la
original de 1925 y la primera en español de LA BRUJA DE SANLÚCAR, una edición
muy cuidada, que conserva las ilustraciones originales del artista alemán Otto
Erich Günther y que cuenta con el patrocinio de la Fundación Infantes Duques de
Montpensier, a cuya presidenta, la Excma. Sra. Doña Beatriz de Orleans-Borbón
está dedicado el libro.
El escritor José Manuel Caballero
Bonald ha dicho de “La Bruja de Sanlúcar”:
“Una terrible leyenda de amor y de muerte en
la Sanlúcar de hace un siglo. El testimonio impresionante de un escritor alemán
sobre las lacras de la superstición en el seno de una menesterosa comunidad de
pescadores.”
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