La religiosidad popular ha estado expensas generalmente de las
circunstancias socio políticas de cada
época. Durante la guerra de la independencia (1808-1814) el país se vio
sometido a una serie de cambios no solo en lo político sino también en algunos
aspectos religiosos. La población de Sanlúcar no fue ajena a estos cambios.
Durante los años de 1808 a 1809, el clero y las autoridades locales animaron a
la masa de la población a luchar contra el invasor. Sin embargo, cuando los
franceses entraron en la ciudad, estos mismo clérigos y regidores fueron los
primero en rendirles pleitesía y alabarlos como salvadores de la patria
hasta días antes de su salida en Agosto de 1812.
La ocupación francesa comenzó el 12 de Febrero de
1810[1],
cuando después de la entrada de las tropas se celebró un oficio religioso en la
Iglesia Mayor parroquial donde los regidores y miembros del clero local juraron
fidelidad al nuevo monarca José I y a la constitución de Bayona terminando con
un Te deum donde se agradecía la
llegada del nuevo monarca. Dos años antes, los mismos integrantes del Cabildo y
el estamento clerical habían jurado lealtad a Fernando VII y declarándose
enemigos de Napoleón.
El nuevo orden político de José I, intentó influir
en las celebraciones religiosas de
Sanlúcar, a lo que el Cabildo hizo a veces caso omiso. La primera muestra de esto la
encontramos en Agosto de 1810 cuando la tradicional fiesta de Nuestra Señora de
la Caridad[2],
tuvo que ser sustituida por la fiesta en honor de San Napoleone o Neopolo, un olvidado mártir cristiano al que algunos
obispos rescataron de la antigua liturgia. El problema estaba en que el 15
de Agosto se celebraba en todo el
imperio el cumpleaños del emperador. Este en 1806 mandó sustituir la fiesta de la Asunción de
María por la celebración en honor de San
Napoleone , al que se buscó la similitud con Neopolo, asociándolo al nombre de Napoleón Bonaparte .
De esta manera, aquel 15 de Agosto de 1810, no se
tiene constancia de la celebración de las fiestas en honor de la Virgen de la
Caridad. Sin embargo esto no debió de ser del agrado del Cabildo, pues al año
siguiente, se vuelve a reflejar en las Actas capitulares[3] el
pago de una libranza de 320 reales destinada a las función dedicada a ala Patrona sanluqueña y otra de 140
reales con objeto de sufragar la función del copatrón de la ciudad, San
Roque, otorgando el Ayuntamiento la cantidad de 460 reales por ambas.
¿Pero por qué no se pudo celebrar las fiestas a la
Virgen de la Caridad en 1810 y si un año después? Las actas no dan una
explicación clara al respecto, posiblemente el motivo más simple sea que en los
primeros meses de ocupación la autoridad militar francesa, obligó a cumplir
las principales costumbres impuestas a todos los territorios del imperio. Pero
al año siguiente, la desidia de estas autoridades permitió que el Ayuntamiento
volviera a retomar la tradicional costumbre de celebrar la fiesta de la
Ascensión de María y del copatrón San Roque un día después[4].
Las celebraciones patronales, no solo a San Lucas y
la Virgen de la Caridad, tenían fechas señaladas a los largo de todo el año. Estas se
iniciaban en Enero con las fiestas dedicadas al copatrón San Sebastián y a la
fiesta de la purificación de la Virgen[5].
El calendario festivo se cerraba con las fiestas del otro copatrón, San Miguel en Septiembre y el
patrón San Lucas en Octubre[6].
Así mismo, la situación de ocupación obligaba al clero local y las autoridades a celebrar continuos oficios religiosos con motivos políticos tales como el Te deum en acción de gracias por el alumbramiento de la emperatriz [7] en Abril de 1811, o por el cumpleaños del monarca José I en 1810. [8]
Así mismo, la situación de ocupación obligaba al clero local y las autoridades a celebrar continuos oficios religiosos con motivos políticos tales como el Te deum en acción de gracias por el alumbramiento de la emperatriz [7] en Abril de 1811, o por el cumpleaños del monarca José I en 1810. [8]
Para terminar, llama la atención como en Agosto de
1812,
apenas una semana antes de la salida de los franceses, el Cabildo volviera
otorgar una libranza para las fiestas de la Caridad y San Roque, que ascendió a
460 reales, aun cuando en las Actas capitulares se describe la situación de ruinosa por el pillaje del ejército
francés y de sus colaboradores
españoles.
En conclusión, las celebraciones religiosas en Sanlúcar siempre gozaron de una gran importancia más allá de las calamidades políticas o sociales. Nunca la tradición de celebrar un oficio a la Virgen o a los Santos se vio mermada por el hambre o la guerra.
En conclusión, las celebraciones religiosas en Sanlúcar siempre gozaron de una gran importancia más allá de las calamidades políticas o sociales. Nunca la tradición de celebrar un oficio a la Virgen o a los Santos se vio mermada por el hambre o la guerra.
José Mª Hermoso.
[1] Hermoso Rivero, Jose María. “El
ayuntamiento de Sanlúcar durante la ocupación francesa (1810-1812) Boletín Cartare .Centro de estudios de la
Costa Noroeste de Cádiz. Nº 2 .2012.pp 1-13
[2] Hermoso Rivero, José Mª “ El
ayuntamiento de Sanlúcar…
[3] A.M.S.B. Libro de Actas
capitulares de 1811. Nº 105 Sig, 4802
Acta del 12 de Agosto de 1811
[4] Romero Dorado, Manuel. “El culto
a San Roque en Sanlúcar de Barrameda. Aspectos históricos y artísticos. “Revista
El rincón Malillo. Nº 4. 2014. pp 33- 40
[5]
Acta del 18 de Enero de 1811. El
ayuntamiento acordó una libranza de 170 reales para la función
de la fiesta del copatrón San Sebastián y la purificación de Nuestra
Señora.
[6]
Acta del 26 Septiembre de 1811 .
Un oficio del regidor Antonio Beyras sobre
los gastos de las próximas fiestas del copatron San Miguel y el patrono
San Lucas la 1º con 120 r y la segunda
con 440
[7] Acta capitular del 15 de
Abril de 1811 . Cuenta del mayordomo del Ayuntamiento Ramón
Maria Gómez por los gastos ocasionados el día de ayer 14 del actual función del
Te deum que se celebró en la iglesia
mayor parroquial con motivo del alumbramiento de la emperatriz se libró 175 reales.
[8] Acta del 9 de Marzo de 1811. Se presentan las
cuentas por los gastos ocasionados por la celebración del Te deum y las luminarias del día 19 de marzo del año pasado por la
celebración del cumpleaños de su excelencia José I
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