Esta
frase de Conan Doyle podría explicar perfectamente el descubrimiento de una nueva
pintura de Francisco Pacheco, desconocida hasta ahora. La obra se encuentra en Sanlúcar
de Barrameda, la ciudad natal del pintor, y ha sido descubierta por D. Antonio
Romero Dorado, historiador del arte formado en la Universidad de Sevilla.
El
cuadro se encuentra desde hace siglos en la parroquia de Santo Domingo y
representa a Santo Tomás de Aquino,
de la orden dominica. Situado en la capilla de la Virgen del Rosario, en la
parte superior del retablo de San Rafael, hasta ahora ha pasado desapercibido para
historiadores y curiosos. Hace más de año y medio, el citado historiador
advirtió que la pintura mostraba el estilo de Pacheco y que además estaba
firmada con su habitual monograma OFP (Opus
Francisco Pacheco), amén de la fecha “617”,
correspondiente a 1617. Por ello, este investigador ha realizado un estudio
monográfico sobre la pintura, que será publicado este otoño en la revista Laboratorio de Arte, dándola a conocer
para la historiografía.
Dentro
de la producción de Pacheco, se trata de una obra menor, sin embargo, dentro
del contexto local, nos encontramos ante la primera obra documentada de Pacheco
en Sanlúcar, lo cual rompe con la creencia de que nunca realizó un encargo para
la ciudad donde nació allá por 1564. Por ello, sin duda se trata de una buena
noticia para el patrimonio artístico de la ciudad, que ya cuenta con una plaza
y un instituto de educación secundaria dedicados al artista.
Antonio
Romero Dorado, que actualmente está terminando su tesis doctoral sobre La Capilla palatina de los duques de Medina
Sidonia y la Iglesia Mayor de Sanlúcar, bajo la dirección del Prof. Fernando
Cruz Isidoro, nos adelanta que “Esta no
es la única pintura de Pacheco que hay en Sanlúcar, pues conozco dos más, si
bien es la primera que se da a conocer. Pacheco es uno de los grandes nombres
del Siglo de Oro español, y yo diría que lleva el nombre de Sanlúcar por el
mundo con más frecuencia que cualquier otro. Ligado o no al nombre de
Velázquez, hay que decir que Pacheco fue un extraordinario dibujante y, dentro
del contexto hispánico, su importancia como tratadista del arte está fuera de toda
duda. La pintura que he tenido
ocasión de dar a conocer debemos encuadrarla en el tiempo en que D. Manuel de
Guzmán y Silva, VIII duque de Medina Sidonia, fue titular del patronato del
convento de Santo Domingo de Sanlúcar, ciudad que era la sede de su corte
ducal. D. Manuel fue titular de la casa de Medina Sidonia entre 1615 y 1636, periodo
durante el cual ejerció un importante patrocinio de obras de arte.”
Como
nos comenta personalmente, el descubridor de la obra está especialmente
interesado en la figura del octavo duque de Medina Sidonia, y no en vano es
autor de varios trabajos relacionados con este mecenas, entre ellos los que
versan sobre el Retiro de ermitaños de las Cuevas de Montesión, el escritor de
corte Pedro Espinosa y la Historia de Sanlúcar de Eraso y Arteaga,escrita junto al que suscribe. Asimismo nos
adelanta que recientemente ha documentado una escultura de Juan Martínez
Montañés que fue sufragada por dicho duque y destinada originalmente a la
iglesia de la Merced de Sanlúcar. Dicho trabajo, realizado con la colaboración
de D. José Manuel Moreno Arana, será publicado en los próximos meses por la
Universidad de Valladolid.
Ya esperaba algo de esto cuando me comentaste que Antonio nos daría una sorpresa.
ResponderEliminarPosiblemente se trate del descubrimiento más importante de los últimos años para Sanlúcar. Esperemos que se le reconozca como se merece a su descubridor, sin duda uno de los grandes historiadores que tiene la ciudad.
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