Actualmente el debate social sobre la celebración de la tauromaquia da lugar a posturas muy extremas. Generalmente, no debemos que olvidar que la celebración o prohibición de determinados actos festivos viene precedido por una falta de participación en los mismos .Como la historia nos demuestra, las costumbres o las fiestas religiosas, terminan no con una prohibición impuesta ,si no con un abandono silencioso de su practica. Como ejemplo de esto, tenemos en Sanlúcar la celebración del Toro del aguardiente, fiesta hoy desaparecida , como otras tantas, por la falta de participación. Dicha celebración festiva dió lugar a un trágico suceso el 16 de Julio de 1871 registrado por el diario " La Iberia" el 20 de Julio de ese año.
De Sanlúcar de Barrameda nos escriben diciéndonos que el 16 del corriente se debía verificarse una corrida de novillos en el patio del castillo de Santiago. Con este objeto y para poner en los cuatro extremos del patio referido en condiciones para el publico y los lidiadores, se colocaron unas gradas y unos palcos con un corredor para llegar a estos. En la mañana del día referido se jugaba el llamado toro del aguardiente , que como saben nuestros lectores es lidiado por todo el pueblo, y como es consiguiente la concurrencia es grande tanto de diestros como de espectadores.
Llegado el caso abrieron el corredor del patio del castillo en construcción que aun mantenía las vigas apoyadas en la pared. Llegado el momento las vigas no pudieron soportar el peso de la gente cayendo con la gente que lo sostenía .El tumulto fue espantoso , los heridos gritaban , y los que salían ilesos corrían en ayuda de los que estaban aprisionados. Dos o tres personas resultaron muertas, y hasta unas 15 o 16 heridas las que seguidamente fueron trasladadas al hospital más cercano donde recibieron las primeras curas. El juzgado se personó en el lugar de los hechos realizando las diligencias pertinentes.
José Mª Hermoso.
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