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domingo, 15 de agosto de 2010

Bodegueros y revolucionarios: La burguesía Sanluqueña en la revolución de 1868.


Bodegueros y revolucionarios: La burguesía Sanluqueña en la revolución de 1868.

La revolución de Septiembre de 1868 ha sido uno de los temas más estudiados por la historiografía contemporánea, la polémica sobre si fue una revolución popular o un golpe de estado de la clase burguesa para derrocar a Isabel II nunca ha sido totalmente aclarada. La complejidad de los hechos y sobre todo la formación de las denominadas juntas revolucionarias han servido de apoyo para las dos tesis. Los sucesos acaecidos en la ciudad de Sanlúcar durante los meses de Septiembre hasta la constitución de una asamblea constituyente en 1869, solo han sido estudiados muy superficialmente por los historiadores locales; sin embargo, podemos pensar que los acontecimientos que ocurrieron durante esos meses influyeron en el transcurso de los sucesos posteriores, terminando con el denominado Cantón de Sanlúcar en Julio de 1873.

Con este articulo, se pretende iniciar una línea de investigación sobre el sexenio revolucionario en Sanlúcar, comenzando por la formación de la junta Revolucionaria y las diversas decisiones que se recogen en las actas capitulares y la prensa que hace mención a los acontecimientos en la ciudad.

Sanlúcar en 1868. Los Antecedentes.

Los acontecimientos de 1868 no solo fueron consecuencia de los factores políticos nacionales, la crisis económica que desde 1866 sufría el país, influyó en el malestar general de la población, pero no podemos olvidar que el derrocamiento de Isabel II había sido planeado por los principales partidos opositores en el llamado Pacto de Ostende en Agosto de 1866. Con este pacto, los partidos progresistas, unionistas y demócratas dirigidos por el progresista general Prim, se unían para destronar a Isabel II y convocar unas cortes constituyentes. En definitiva, la crisis económica fue un factor más en una revolución con un marcado signo político.

En 1868, la situación económica del campesinado en Sanlúcar era crítica y afectaba a una población cercana a los 22.000 habitantes. Esta situación la conocemos por una memoria sobre el estado de la población que fue enviada al gobierno por el alcalde-corregidor de la ciudad en 1868, Juan Pedro Velazquez Gaztelu. Según la constitución de 1845, el cargo de alcalde-corregidor era designado por el gobernador civil para las poblaciones de mayor importancia con una duración indefinida, a diferencia de los alcaldes ordinarios elegidos por los mayores contribuyentes de cada población.

La situación descrita por Velazquez-Gaztelu, nos muestra a una ciudad con una clase jornalera carente de pan y trabajo, donde la autoridad se afana por mantener el orden publico:”El mal podía surgir repentinamente; y ante un estado de cosas que sería poco satisfactorio aun en circunstancias menos graves, era oportuno, siquiera se contara con el juicio y la sensatez.” Las medidas que tomó el municipio para remediar dicha crisis fue la de inaugurar algunas obras y promover otras con los exiguos ingresos de las arcas publicas. Se impidió que los trabajadores forasteros pidieran limosna, enviándolos a sus pueblos de origen para evitar los altercados públicos. En la misma línea, se intenta evitar el alza de precios del pan, estableciendo una tabla reguladora con los precios de los productos para controlar la especulación, de esta forma, las autoridades intentaban evitar la falta de este alimento en el mercado. Curiosamente, el duque de Montpensier, aprovechó la situación para realizar algunas obras en las bodegas que poseía a las afueras de la ciudad dando trabajo a algunos jornaleros, Don Antonio de Orleans estaba financiando la revolución con la esperanza de alcanzar el trono.

Una de las muchas quejas que manifestaba Juan Pedro Velazquez Gaztelu al gobierno era, el descontrol urbanístico que sufría la ciudad respecto a la construcción de bodegas en el centro de la ciudad. El alcalde-corregidor pedía a la administración que las nuevas bodegas se desplazaran a la periferia para no perjudicar a la población. Este dato será importante para entender la participación de los empresarios bodegueros en la revolución de Septiembre, a los intereses ideológicos se unirían los económicos.

Los partidos políticos en Sanlúcar.

En 1868 tenemos constancia de la existencia de varios partidos que conformarían la Junta Revolucionaria de Sanlúcar: Partido Progresista, Partido Demócrata y Partido Republicano.

El Partido Progresista se había refundado en 1865 y estaba presidido por Eduardo Hidalgo Verjano (bodeguero); e integrado por los vocales Cristóbal González Romo, Juan Pedro Matheu Zarazaga, Rafael Reig, Nicolás Reyes Calvo, Rafael Otaolaurruchi (bodeguero), Francisco Carrillo (abogado), Andrés Matheu y Antonio González Peña (medico) entre otros miembros. También estaba integrado sobre todo por los empresarios vitivinícolas, y muchos profesionales liberales. Según un manifiesto publicado en el periódico “La Iberia” en Marzo de 1865, el partido progresista estaba formado por un centenar de personas.

Las ideas reivindicadas por dicho partido en Sanlúcar, estaban dentro del programa general del partido: cortes constituyentes por sufragio universal, la eliminación de la contribución de consumos, y la formación de la milicia ciudadana. El estudió del partido progresista en la ciudad excede los limites de este trabajo, pero no podemos dejar de analizar los importantes intereses económicos locales de algunos de sus miembros. La industria vitivinícola estaba en pleno auge en la ciudad y los mayores empresarios de la época integraban el partido en la ciudad. Sabemos por ejemplo, que el ayuntamiento mantenía en 1868 un litigio con Rafael Otaolaurruchi por las obras que este deseaba realizar en una bodega situada en el carril de San Diego; en esta línea, Eduardo Hidalgo, había conseguido la cesión de unos terrenos en la calle Banda playa para construir una bodega. En este marco de intereses económicos, el impuesto de consumos perjudicaba el comercio en general; así mismo, el proyecto de las mejoras en las comunicaciones, más concretamente, el ferrocarril de Sanlúcar-Jerez, estaba postergado desde hacia más de una década por la falta de financiación. Finalmente los intereses personales de muchos participantes en la revolución que aprovecharían esta para obtener un empleo en el consistorio o simplemente beneficiarse de los negocios públicos del consistorio.

Del Partido Demócrata conocemos menos datos, pero podemos pensar que contaba también con un buen número de simpatizantes, celebrando algunos mítines en los meses de Octubre de 1868. Dicho partido se organizaría en Septiembre de 1865, celebrando su primera reunión el 8 de octubre del mismo año según aparece en un comunicado en del diario demócrata “La discusión”. Dicho partido estaba presidido por Miguel Herrera, y como vocales: Miguel Vicente Ramos, Antonio Bueno, Gregorio Durán, Manuel Otero, Manuel Gurria Sevillano, Francisco Terán Ruiz, Eduardo Miril y como secretario, José Benítez (uno de los miembros más activos de la posterior Junta Revolucionaría). Este partido estaba integrado a nivel nacional por intelectuales como José Mª Orense y recogía en sus filas al sector popular más radical que defendía la abolición del catolicismo, la libertad de cultos y el sufragio universal. Es conocida la división posterior de dicho partido en los Republicanos y socialistas.

Del Partido Moderado no conocemos su organización ni miembros, solo podemos conjeturar que a estos pertenecían algunas personas que actuaban como concejales antes del alzamiento de la Junta Revolucionaria. El problema lo encontramos en que algunos miembros del Partido Moderado pertenecerán posteriormente a la junta, o al ayuntamiento interino creado durante los meses en los que transcurrió la revolución. Estará representado en la ciudad por el alcalde-corregidor Juan Pedro Velazquez-Gaztelu. De manera general, dicho partido estaba formado por los enemigos del Carlismo y el Progresismo, integraba en sus filas miembros de la alta burguesía mercantil y de la aristocracia terrateniente cerealista.

En las actas capitulares se hace mención de los tres partidos que forman la Junta Revolucionaria, pero no se especifican quienes integraban cada uno, ya que compartían el mismo interés.

Conservamos más datos del Partido Demócrata Republicano-Federal de Sanlúcar, ya que algunos de sus miembros, integraron y participaron activamente en la Junta Revolucionaria. No conocemos la fundación ni las sus actividades políticas de dicho partido en los años previos a 1868, pero debió de tener una presencia activa en la política local con algunos periodos de inactividad. En Abril de 1869, aparecía un artículo en el diario demócrata “ La discusión” donde se preguntaba “¿Qué ha pasado en Sanlúcar de Barrameda desde que se desarmó la milicia? ¿Se nos dirá que le ha pasado al comité republicano de aquella población y donde se encuentran los individuos que lo componen? Posiblemente en respuesta a esto, se organizó una manifestación en Agosto de 1869 que no llegó a realizarse. Posteriormente en el mes de Octubre de 1869, aparece un artículo en el mismo diario donde el comité local manifiesta su rechazo a la llegada del Duque de Monpensier a Sanlúcar.

El Partido Republicano era una escisión de los elementos más conservadores del Partido Demócrata. El partido estaba presidido en Sanlúcar por Eduardo Gutiérrez, vice-presidente Francisco Rodríguez Santa Eulalia y entre otros miembros: Domingo Pérez Marin, José Antonio Reig y Manuel Montaño. La presencia de subcomités en los tres distritos electorales de la ciudad, más la presencia activa de sus miembros en la milicia de los “Voluntarios de la Libertad”, nos hace pensar en una presencia importante entre los elementos populares de la ciudad. Los ideales que defendía el partido no se diferenciaban mucho del Partido Demócrata, pero a diferencia de estos, rechazaban las ideas del socialismo utópico como sistema económico y social.

Septiembre de 1868. “La gloriosa” en Sanlúcar.

En el verano de 1868 el general Prim organizaba junto con los unionistas y algunos generales los preparativos para el levantamiento. Desde Londres, Prim contactó con el almirante Topete y este le proporcionó el apoyo de la escuadra establecida en Cádiz, lo que determinó que el pronunciamiento se iniciara en dicha ciudad. Hubo un primer intento de iniciar la revolución el 10 de Agosto, pero las discrepancias entre Topete y el general Primo de Rivera provocaron su aplazamiento, aunque los rumores del alzamiento corrieron por la ciudad en las semanas siguientes. El 12 de Septiembre, Prim zarpó de Londres acompañado de Sagasta y Zorrilla, después de hacer una breve escala en Gibraltar, el día 17 Septiembre de madrugada llegan finalmente a Cádiz.

Atracado en Cádiz se encuentra el navío Zaragoza, donde los conspiradores discuten los últimos preparativos para iniciar la revolución, determinando la sublevación de los batallones de Cádiz .A la mañana siguiente, 18 de Septiembre, la escuadra fondeada en la bahía se colocaba en línea de batalla saludando con veintiún cañonazos. Inmediatamente, se organizan partidas armadas de ciudadanos voluntarios que se unen a las tropas insurgentes. Al día siguiente cuando el pronunciamiento ha triunfado ante la incapacidad de las autoridades de oponer resistencia, desembarcan Prim y Topete, los cuales son vitoreados por la población.

Los primeros momentos del pronunciamiento en Sanlúcar, debieron transcurrir de manera tensa, pero no tenemos constancia de revueltas populares. La noticia del alzamiento no llega a la ciudad hasta el día 19 de Septiembre. La toma del ayuntamiento fue llevada a cabo por los miembros de los tres partidos implicados en la revolución. En la madrugada de este día se reúnen varias personas del Partido Liberal: “Enarbolando la bandera de la libertad, para designarnos el mando en una junta para sostener el orden social en vista de los ocurrido en otras poblaciones”.

En un primer momento toma el ayuntamiento José Hontoria Tezano, (personaje del cual no conocemos su filiación política) el alcalde Velazquez-Gaztelu, viendo la gravedad de la situación prefiere no oponer resistencia y dimite de su cargo. Hontoria, deja la situación en manos de una junta interina, organizada de manera espontánea. En vista de lo avanzado de la hora y la tensión de la situación, la junta permaneció en el ayuntamiento hasta las 6 de la mañana esperando alguna reacción. .Esta junta se reúne al día siguiente a la una de la tarde en los salones altos del ayuntamiento, para que fuese ratificada por el pueblo, quedando constituida de manera definitiva:

Presidente: D. Eduardo Hidalgo. (Progresista)

Vocales. Cristóbal Gonzáles Romo (Progresista), Juan Pablo Matteu (Progresista), Manuel Otero (Demócrata), José Mendicutti (Alférez de Navío), Esteban Ruiz de la Cruz, Juan Martínez Gutiérrez (Progresista), Nicolás De los Reyes Calvos(Progresista), José Hontoria, Francisco López Rodríguez, Manuel Vila (Progresista), Manuel Agüera (Progresista) , Rafael Otaolaurruchi (Progresista) , Joaquin Leonar (Progresista), Francisco Mateso(Progresista), Camilo Lacave (Progresista), Rafael Reig, Antonio González Peña (Progresista), José Benítez (Demócrata), Eduardo Gutiérrez (Republicano), Francisco Terán Ruiz, (Presidente del Comité Republicano de Sanlúcar en 1870), Manuel Ruiz, José Carrillo- Secretario (Progresista).

Sin duda el papel predominante de los progresistas marcarán las decisiones de la junta, sobre todo a la hora de escoger los cargos más importantes, como ejemplo de esto, la elección del vicepresidente, recae en la figura del progresista Rafael Otaolaurruchi.

No se pretende en este articulo hacer un resumen de todas las sesiones de la junta desde el día 20 de Septiembre hasta el día 21 de Octubre que se disolvió, pero si analizar los aspectos más interesantes.

En primer lugar debemos señalar, que durante el mes que la junta permaneció en funcionamiento, se realizó una depuración política de los empleados del ayuntamiento, facilitando la entrada de aquellos que pertenecían a los diferentes partidos implicados y destituyendo a aquellos empleados por falta de Adhesión. Esta labor sería realizada por una comisión de orden público organizado el mismo día 20 de Septiembre. Desde ese mismo instante los diferentes cargos públicos y personalidades locales manifiestan su plena colaboración con los revolucionarios, desde el capitán de infantería Sr. Rafael Sarrión y Galo hasta el Sr. Arcipreste de la ciudad en nombre del clero local. La junta gobernó la ciudad durante los primeros días, celebrando sesiones de manera diaria, pero después de declarar disuelto el ayuntamiento anterior, organizó el 28 de Septiembre un consistorio provisional, para atender los negocios del municipio. El nuevo ayuntamiento estará presidido por Domingo Pérez Marín (bodeguero y Presidente en Abril de 1870 del partido Republicano Federal de la ciudad). En la práctica, el ayuntamiento actuaba siguiendo las directrices de la Junta, pero a diferencia de esta, siguió funcionando hasta las elecciones de Enero de 1869. En los primeros días de la revolución se suceden algunas situaciones tensas, la llegada a Sanlúcar el día 21 de Septiembre de Joaquín Anñon, antiguo gobernador de Sevilla del Partido Moderado, responsable de la represión sangrienta del pueblo del Arahal en 1859. Joaquín Aññon, provoca que la junta envíe una comisión al puerto de Bonanza para que invite a dicho señor a que vuelva a embarcarse con el destino que crea conveniente por la inquietud que había provocado en la población.

Tenemos que tener en cuenta que la junta revolucionaria no actuaba de manera independiente, si no que obedecía las directrices de la provincial de Cádiz, que enviaba de manera casi diaria los boletines provinciales donde se especificaban las decisiones políticas. La junta provincial reclamó a los ayuntamientos de la provincia, dinero y voluntarios, para enfrentarse en los primeros momentos a las tropas monárquicas. Práxedes Mateo Sagasta, gobernador de Cádiz, intentó unificar los recursos de las juntas locales para lograr el triunfo de la revolución, pero muchas de las peticiones no pudieron ser atendidas por la falta de ingresos de los municipios. Durante los meses de Septiembre y Octubre se organizaría en Cádiz la junta provincial, donde cada junta local envió un representante. La junta sanluqueña envió al representante del partido Progresista, Antonio González Romo, que participó en esta de manera activa. Dicho representante, presentó el proyecto del puerto franco para Cádiz y el traslado de la aduana de Sevilla a Sanlúcar. Ambas medidas, tenían como objetivos potenciar el comercio marítimo de ambas ciudades, aunque el gobierno posterior no atendió a ninguno de las dos propuestas.

Poco sabemos de la oposición local, pero debió de existir en los primeros momentos, ya que como se ha mencionado, en la noche en que se apoderan del ayuntamiento permanecerán reunidos toda la noche temiendo una respuesta de las autoridades hasta entrada la mañana. La Junta Sanluqueña, al igual que sus homónimas de los pueblos cercanos, tomó una serie de medidas políticas, económicas y sociales en base a la ideología de los partidos integrantes. No podemos dejar de señalar la moderación de sus miembros, que, a diferencia de otras juntas como la de Sevilla o Cádiz, mantuvieron un clima de tranquilidad en la ciudad.

Medidas políticas de la Junta Revolucionaria de Sanlúcar.

Las decisiones de la junta de Sanlúcar tuvieron varios objetivos: en lo económico, la sustitución del Impuesto de Consumos, que gravaba el comercio, por otro personal y más justo. Dicho impuesto, que no se llevó a cabo, quedó en manos de una comisión organizada en la sesión extraordinaria del 22 de Septiembre, a la que asistieron los mayores contribuyentes de la ciudad. En esta línea, la Junta controló el precio de los productos básicos, estableciendo tablillas públicas con los precios para evitar la subida producida por la falta de los mismos.

Esta medida no pudo evitar la falta de algunos productos, curiosamente, los disturbios más importantes se produjeron por la falta de Tabaco. El día 15 de Octubre desembarcó un alijo en el puerto de Bonanza, y fue tan grande la demanda, que la junta requisó el envío para evitar más disturbios. El comercio del puerto de Bonanza se vio beneficiado, con varias medidas, entre ellas la abolición de los de derechos de Sanidad y los de carga, ya que el puerto de Bonanza solo estaba autorizado para el desembarco de pasajeros. Respecto a la falta de trabajo, la junta calculó que el número de braceros rondaba los 8.000 hombres y se propuso organizar varias obras desde el propio ayuntamiento. Pero la medida más radical propuesta por Manuel Otero, miembro del partido demócrata, fue la devolución al pueblo de las tierras comunales ocupadas por varios particulares, dicha medida no se tuvo en cuenta.

En el aspecto político-social, la Junta presidida por Eduardo Hidalgo, mantuvo una línea moderada. Los temas más controvertidos fueron la creación del instituto de segunda enseñanza con los bienes donados en la década de 1830 por D. Francisco de Paula Rodríguez .El arzobispado de Sevilla, se había apropiado de dichos bienes, estableciendo un colegio dirigido por los padres escolapios. La Junta enajenó dicha instalación, creando una comisión para organizar el instituto de segunda enseñanza. Se llegó a acusar a los Escolapios de conspiradores, acusación que se desestimó por ser infundada. Siguiendo con las medidas más anticlericales, se mandaron retirar todas las imágenes religiosas expuestas en las hornacinas de la vía pública, para que fueran depositadas en las iglesias o en las casas particulares que a si lo desearán. En esa línea política, se propone trasladar la parroquia de San Nicolás a la iglesia de Santo Domingo, utilizando la primera como escuela publica, pero esta medida quedó sin aprobar en espera de una ley general sobre parroquias. Aparte de las medidas anticlericales, la junta revolucionaria desarrolló un sistema de propaganda de la política liberal. El vocal Rafael Otaolaurruchi propuso cambiar el nombre de algunas calles céntricas. Los nuevos nombres incluían mención a los héroes del liberalismo; A la plaza alta, de Mendizábal, a la que se llamó de Montpensier del duque de la victoria, a la del pradillo, Soberanía Nacional, a la calle de monte de piedad de Riego, y a la que fue del Baño, Calvo Asencio, para de este modo perpetuar la memoria de hombres tan ilustres.

Después de la batalla de Alcolea, se propuso como medida propagandística, cambiar el nombre de la actual calle San Juan por el de la batalla donde se derrotaron a las tropas Isabelinas. Aunque el cambio de nombre para las calles fue acogida por entusiasmo, en la practica no se llevaron apenas a la practica. En el aspecto social, la Junta promovió la creación de instituciones benéficas, como una escuela para adultos y un asilo de mendicidad.

Posiblemente la medida más característica de las juntas revolucionarias fuese la creación de la milicia ciudadana denominada, “Los voluntarios de la libertad”. La milicia de Sanlúcar estaba formada por 300 hombres, el número de hombres estaba limitado por el número de fusiles que la junta provincial entregó a su homónima Sanluqueña. Como jefe de los voluntarios se designaría al propio Eduardo Hidalgo, que dimitirá del cargo en Enero de 1869 cuando la revolución pierda su carácter subversivo para institucionalizarse. Finalmente, tenemos que volver al carácter popular de la revolución. A diferencia de Cádiz o Sevilla, en Sanlúcar “la gloriosa” tuvo un marcado carácter burgués, de lo cual eran conscientes los integrantes de la Junta que, en varias ocasiones, pensaron en hacer públicos sus ideales, para una mejor comprensión de la población. La revolución supuso el inicio de la carrera política de muchos integrantes de la junta, que en los años posteriores llegarían a ocupar la alcaldía. Los ideales proclamados al inicio de la revolución quedaran olvidados tras la restauración de la monarquía. En definitiva, nunca se pretendió alterar el orden social establecido, había que cambiar algo, para que todo siguiera igual.

José María Hermoso Rivero .

LCD. Historia.

Publicado en la revista “ Sanlúcar de Barrameda revista de fiestas de primavera y verano”2010 “Sanlúcar de Barrameda” Ed. Santa Teresa.

 

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