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miércoles, 16 de agosto de 2017

1845: Aquellas primeras carreras de caballos en Sanlúcar.


Aquel  domingo 31 de Agosto de 1845, según la prensa nacional, la ciudad había amanecido engalanada como nunca antes para acoger la inauguración de un curioso acontecimiento. Entre los muchos preparativos, se habían colocado unas líneas de bancos engalanados con banderas por  donde a las cuatro de la tarde transcurriría una carrera de caballos en el más inusual hipódromo del país, la playa de Sanlúcar.
Hoy en día, determinados sectores han calificado a las  centenarias carreras de caballos de Sanlúcar como un acontecimiento elitista sin  raigambre popular; incluso dando a entender que en su origen fue una diversión particular de unos señoritos sin que despertara el más mínimo interés de la población. Por este motivo no hay nada mejor para desmontar una falacia histórica que ir a las crónicas de la época para conocer el  verdadero origen  y la importancia que tuvieron en la ciudad aquellas primeras carreras.

 EL origen de las carreras.

Las primeras noticias que encontramos sobre esta prueba hípica, aparecen  en la prensa a finales del verano de 1845 cuando el diario El español[1] anunciaba la preparación de unas corridas de caballos en la playa de Sanlúcar para el 31 de Agosto.  Tenemos que tener en cuenta la lentitud de la prensa de la época para dar a conocer una noticia, la cual solía salir a la luz  varios días  después de haber sucedido, de esta forma,  hasta más de una semana después no aparecerían los primeros relatos del evento.  Parece que en un  principio[2] la competición debía celebrarse el 24 de Agosto  pero se pospuso varios días con motivo de contar con la participación de algún ilustre visitante.

¿ De donde surgió la idea de celebrar una competición  hípica en plena orilla? Como explica José Carlos García Rodríguez[3], las primeras carreras de la provincia habían tenido  lugar dos años antes en Jerez como consecuencia del auge de la hípica en España  a principios de la década de 1840. Este hecho debió de ser conocido por un grupo de aficionados  de Sanlúcar entre los que se encontraba Pedro Carrere Dumest, un comerciante jerezano afincado en la ciudad  y al cual la prensa atribuyó el éxito de esas primeras carreras[4].

Para conocer como transcurrió esa primera competición, contamos con varias crónicas dignas de los mejores relatos de viajes del romanticismo[5] y que fue dado a conocer al público actual por Rafael Montaño[6].

Justos apreciadores de las glorias de Sanlúcar de Barrameda y fieles testigos de los festejos ejecutados en dicha ciudad el 31 de Agosto último, cuyo dia será memorable para cuantos tuvieron el placer de presenciarlo.[…]Desde el día anterior se observaba en la población una alegría extraordinaria, la concurrencia era grande y animada y el número de personas que de distintos puntos acudían sin cesar a tomar parte en los festejos, hacían presentar a la ciudad un aspecto poco común.  Las continuas entradas de góndolas , carruajes de todas las especies, vapores y multitud de caballos formaban un aspecto agradable.[…]

La plaza de la constitución y  las casas del ayuntamiento, adornadas con motivo á la feria, contribuía al mayor realce de este día. Los vecinos de la calle angosta de Santo Domingo habían entoldado esta y adornado e iluminado sus fachadas y en sus balcones ondeaban multitud de preciosas y variadas banderas, formando en la calle un paseo agradable.[…]

A las ocho de la noche de este día, (Sábado 30 de Agosto) entró por las calles principales de la ciudad el señor jefe superior político de la provincia con su digno secretario en una elegante carreta precedido de guardias civiles y acompañándolo en lindos carruajes, el señor alcalde de esta ciudad con una diputación de su ayuntamiento y una comisión directiva de las funciones. El paseo de la feria en esa noche, fue animado por una concurrencia brillantísima y en la madrugada del día siguiente se corrió un gallumbo[7] ( un toro) por las calles de la población.

La mañana del domingo era aún más animada, la afluencia de gente era mayor, y a las doce se celebró una misa en la iglesia de Santo Domingo donde concurrió la tropa con música el señor jefe superior político y el Excmo. Señor comandante general de la provincia, que en esta hora entraba  un carruaje acompañado de una comisión del ayuntamiento y de otra de la junta directiva, escoltado por la partida municipal. […]

A las cuatro y media de la tarde serian cuando vimos llegar a la línea de las carreras la lúcida comitiva que había de autorizar el acto. […]Dos extensas y bien entendidas líneas de bancos multitud de banderas, formaban la espaciosa calle de las carreras, y un elevado palco hacía la cabeza del sitio destinado para la lucha de nuestros estimables caballos. Sin temor de pasar por exagerados, diremos que veinte mil almas ocupaban aquel sitio pintoresco, y que ningún ingenioso pintor había podido concebir. […] Los diversos elegantes y lujosos carruajes que la circunvalaban, el aparato de la comitiva la llegada de los jueces escoltados por un brillante piquete, cuyos  jinetes iban vestidos a la antigua usanza en soberbios caballos tordos lindamente enjaezados. […]Sanlúcar ha sido la primera que ha tenido la dicha de presentarlo el mérito de la originalidad nadie puede usurpárselo; su pabellón de gloria lo puede enarbolar con satisfacción.

La primera competición en la playa.
Cumpliendo la comisión directiva su programa, empezaron las carreras á la hora que estaba anunciada y con ellas se aumentó la animación de los concurrentes al ver las luchas de los valientes caballos que disputaban los premios.

Durante estos vimos transitar de un extremo a otro de la línea á los jóvenes y elegantes ayudantes que en soberbios caballos perfectamente adornados ponían en continua comunicación á los señores jueces de las mesas de arranque y parada. Deseamos que la junta directiva publique el resultado de sus funciones, para conocer los nombres y dueños de los valientes corceles que lucharon en tan célebre liza.

Concluido esto, volamos a las calles de la ciudad para ver entrar la brillante comitiva y con efecto, la presenciamos desfilar por la calle Ancha en los términos más suntuosos que la imaginación puede figurarse. Era la procesión de un triunfo. Batidores de la guardia civil de caballería y del piquete de la usanza antigua, los caballos vencedores conducidos por lujosos palafreneros, las bandas de tambores cornetas, música y una lucida columna del provincial de Valencia, precedía a las elegantes carretas que conducían las comisiones. […]
Así concluyó este día memorable en medio de entusiastas vivas y aclamaciones por la Reina nuestra señora, por la unión de los españoles y a las autoridades superiores de esta provincia. […]

El periodista de El clamor público que realizó la crónica del evento, como podemos ver, se preocupó más por recoger el ambiente que rodeó a la competición que los detalles deportivos. Sin embargo según el corresponsal del El espectador, la carrera se llevó a cabo en un terreno de unas 500 varas marcadas por ambos lados con unas barandas sencillas y tras estas varias filas de bancos. Así y según  afirmó el diario  El español, se disputaron cuatro carreras[8], participando en las tres últimas los cuatro  jinetes vencedores de la primera. Los premios consistieron en la cantidad de 1.000 reales para el primero, una docena de cucharas de plata para el segundo, 500 reales  para el tercero y una elegante petaca de oro y plata para el cuarto. Curiosamente, aunque esas primeras carreras contaron con la participación de los corceles de los más destacados propietarios del país, el animal que salió vencedor fue una yegua perteneciente a un conocido contrabandista del pueblo de sevillano de Camas[9] lo que causó un gran malestar entre los competidores.

El  éxito del evento animó a los organizadores a crear un mes después la Junta directiva central de la sociedad de fomento de la cría caballar de Sanlúcar[10] donde aparecerían algunos de los comerciantes y políticos más importantes de la Sanlúcar del S. XIX[11]. De esta manera en el verano de 1846 se publicaron en  varios diarios nacionales un reglamento con las bases para los participantes estableciendo la competición  en dos días  del mes de Agosto[12].

En consecuencia, las carreras de caballos de Sanlúcar tuvieron desde sus inicios un carácter popular que atrajo a la implicación de la mayor parte de la población como lo demuestran los relatos de la época. Hoy en día este singular evento que atrajo la atención de todo un país sigue siendo más de 150 años después patrimonio inmaterial de una ciudad y el mayor espectáculo de las playas españolas.

José Mª Hermoso.
Lcdo. .Historia.




[1] Diario “El español” 26 de Agosto 1845
[2] Diario “ El espectador” Martes 9 de Septiembre 1845.
[3] GARCÍA RODRÍGUEZ José Carlos, Las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda (1845-1995) Ed. Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda. Imprime Santa Teresa Industrias gráficas. Sanlúcar 1995.Pág. 38.
[4]  Diario “ El espectador”  Martes 9 de Septiembre de 1845. Se felicita a  Pedro Carreré Dumest  como responsable de la organización de estas carreras. Dicho señor era comerciante, casado con  Rosario Leuville López ambos de Jerez de la Frontera. CLIMENT BUZÓN, Narciso,  Historia Social de Sanlúcar de Barrameda. Vol. V Hacia el estado liberal ( 1833-1867) Ed. ASEHA. Imprime Santa Teresa Industrias gráficas. I.S.B.N. : 978-84-933677-8-7.Sanlúcar  2010.Pág 369
[5] Diario “ El clamor público” Sábado 13 de Septiembre de 1845.
[6] MONTAÑO GARCÍA, Rafael, “ Reminiscencias del pasado”. Una nueva visión de las carreras de caballos de Sanlúcar.” Revista Sanlúcar de Barrameda Nº 52 . Ed. s Santa Teresa Industrias gráficas. pp .96- 105 .Sanlúcar 2016.
[7]  DE TORRES, José Carlos. Léxico español de los toros: contribución a su estudio Ed.  Consejo Superior de investigaciones científicas. Madrid. 1988. Pág. 301 . En el S.XIX correr un gallumbo o gayumbo hacía referencia a correr o lidiar un toro a pie o ensogado. También se le conocía como toro del aguardiente.
[8] Diario “El español” 26 de Agosto 1845
[9] Diario “ La esperanza” Martes 8 de Septiembre de 1845.
[10]  Diario “ El Clamor Publico” Sábado 8 de Agosto de 1846. Un Año después aparece en la prensa Rafael Mendicuti. como dirigente de la mencionada sociedad.
[11] GARCÍA RODRÍGUEZ José Carlos, Las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda (1845-1995)..Pág 48
[12] Diario “ El Clamor Publico” Sábado 8 de Agosto de 1846. Para 1846 las carreras debian celebrarse el 18 y el 19 de Agosto.





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