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domingo, 8 de julio de 2018

Guerrilleros y corsarios en la Sanlúcar de la guerra de la independencia. (1811)


Cuando el 3 de Febrero de 1810 se produjo la entrada en Sanlúcar de las tropas francesas, las autoridades locales las recibieron con todos los honores. Sin embargo, aunque la posterior visión de la guerra de la independencia intentó vender la idea de un pueblo en armas, algunos ciudadanos colaboraron con los franceses formando partidas de corsarios para luchar contra los bandidos o guerrilleros que asolaban los caminos. El problema para intentar interpretar este fenómeno, es saber diferenciar cuando se trataban de guerrilleros o de simples delincuentes, algo que aún hoy es difícil de saber.
Los bandidos del camino de Chipiona.

En las actas capitulares de los años de la ocupación (1810-1812) se mencionan continuamente los robos y asesinatos  que sufrían los soldados franceses cuando transitaban por el camino de Chipiona con destino a El Puerto de Santa María.  Así, fue muy temida en la zona la partida de guerrilleros de Pedro Zaldívar[1] el cual operó en la provincia de Cádiz y que causaba autentico pavor entre los viajeros.  A principios de 1811, para evitar que los guerrilleros o malhechores permanecieran ocultos en los campos a la espera de sus víctimas, el mariscal francés  Soult ordenó derribar todos los muros y vallados que pudieran servir de refugio a los bandidos[2] multando con cien ducados a los propietarios de las casas que no lo hicieran.

Aún tomada estas medidas, los asaltos no remitieron, el 23 de Abril llegó al Ayuntamiento de Sanlúcar la petición del general Semelle solicitando a la corporación que le pagara  800 ducados por el importe de sus pertenencias. Según el oficial francés, había enviado a su criado desde Sanlúcar a El Puerto de Santa María con varias mulas, habiendo desaparecido tanto el sirviente como los animales. Semelle  sabiendo que la cantidad era muy elevada, había  alegado que ya que el robo se había producido en el camino de Sanlúcar y Chipiona, ambas villas se repartieran la indemnización[3].

De esta forma todos los atentados que se realizaban contra los franceses debían ser pagados por los propios ayuntamientos, siendo muy comunes los continuos robos de caballos a los militares. Como ejemplo, el sufrido por Mss. Hernault [4], médico de la 2º Div. Del 1 Cuerpo,  o  el hurto sufrido por Messie Bresson comandante del 1º batallón del 73º regimiento infantería que perdió su cabalgadura a manos de los insurgentes[5]. Pero no debemos olvidar que los bandidos no hacían distinción de nacionalidades en sus robos, ya que sus propios compatriotas sufrían los atentados. De esta manera  conocemos  el robo sufrido  por el  dependiente del cabildo de Sanlúcar Julián Fernández, el cual denunció que había sufrido la pérdida de su montura junto con un capote de paño cuando llevaba varios pliegos del ayuntamiento[6].


La empalizada para cercar Sanlúcar

Con este clima de inseguridad que afectaba a las comunicaciones, Messie Gault gobernador militar de Sanlúcar  ordenó  construir una empalizada que cerrara todas las entradas al pueblo para que los guerrilleros no pudieran ocultarse en la ciudad[7]. Esta medida no fue exclusiva de la villa ya que los franceses ordenaron cerrar otras poblaciones[8]. En Sanlúcar la obra se le encomendó al militar español José Huet, el cual vio dificultado su trabajo con el sabotaje de la obra por parte de los vecinos[9]. Aún con varios contratiempos, la construcción de la empalizada se terminó a principios de Junio[10] de 1811, estando compuesta por unas 800 estacas extraídas del pinar de la Algaida. Según Climent Buzón,  la empalizada contaba con varias entradas situadas en las inmediaciones de  la puerta de Jerez,  el castillo de Santiago, cruz del pasaje, Alcoba,  el convento de las monjas dominicas,  o el carril de San Diego entre otras[11],

Sin embargo, esta medida no evitó que terminaran los asaltos, ya que ese mismo mes el mariscal Soult, ordenaba al ayuntamiento local que le abonara a Ms. Malandain, edecan del general de división Conde de Rufin dos caballos robados en las inmediaciones del camino del El Puerto de Santa María[12]. Un mes después, el señor Harmont  exigió a las autoridades sanluqueñas que le pagaran 800 francos por el asalto de un bandido que se había apoderado  de dos mulas con todas sus pertenencias cuando eran conducidas por su criado[13].

Estos datos nos hacen plantearnos si realmente se produjeron todos estos robos o era una argucia de los oficiales franceses para estafar al ayuntamiento. En base a esto, a finales de Julio el propio alto mando napoleónico ordenó al cabildo que los caballos pedidos al municipio fueran devueltos en especie y no en dinero para evitar que continuara esta práctica[14].

Los corsarios sanluqueños  al servicio de los franceses.

Sabedores el mando francés de la imposibilidad de vencer a un enemigo que contaba con parte del apoyo de los foráneos y además con un buen conocimiento del terreno, en el primer año de la ocupación organizó diferentes unidades españolas al servició del ejército napoleónico. Por un lado, muchos soldados españoles ingresarían en la llamada milicia cívica, que tenía como fin controlar a las poblaciones locales. En la ciudad dicha unidad estaba formada por cuatro compañías de cien hombres, siendo comandada por el capitán Don Tomas Galarza  junto con el teniente Cristóbal Muñoz y el subteniente D. José Ontoria y teniendo su cuartel en la calle San Jorge[15].

Junto a esto y  para terminar con los asaltos, conocemos como se reclutó a partidas de corsarios que podían combatir de manera más eficiente a los bandidos. De esta forma, aunque desconocemos quienes formaban del grupo de guerrilleros, en Diciembre de 1811 se solicitó gratificar con 150 reales[16] a tres corsarios sanluqueños por haber terminado con una banda de ladrones y asesinos. Dicho grupo estaba integrado por los hermanos Ignacio y Lucas Jarana, junto con Diego Cordero. El enfrentamiento tuvo lugar el 17 de Diciembre cuando los corsarios se enfrentaron a   cuatro bandidos en las inmediaciones de Sanlúcar. Durante la lucha, uno de los corsarios, recibió un disparo en el cuello que lo dejó maltrecho, lo que provocó que  al cabo de un mes y teniendo en cuenta la gravedad de la herida, solicitara al cabildo que les gratificara con 6.000 reales, de los cuales,  el mariscal Soult ordenó que solo se les pagara 200[17].
En consecuencia, cuando las tropas francesas abandonaron Sanlúcar en Agosto de 1812, muchos de los españoles que habían colaborado con los ocupantes, pasaron a reintegrarse en el ejército español. Posteriormente con el regreso de Fernando VII aquellos que habían colaborado más activamente con el régimen de José I tendrán que abandonar el país ante la represión de todo aquel sospechoso de ser afrancesado. Algo que en la práctica fue general en el duro día a día de la población que se afanó simplemente en sobrevivir.
José Mª Hermoso.



[1] Climent Buzón, Narciso. Historia social de Sanlúcar de Barrameda. Entre sombras ilustradas y el miedo a la libertad. (1759-1833) Vol.IV Ed. A.S.E.H.A. Editorial Santa Teresa. Sanlúcar de Barrameda.2008 Pág. 106
[2]Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda (A.M.S.B.) Acta capitular 14 de Febrero 1811.
[3](A.M.S.B.) Acta capitular 23  de Abril 1811.
[4](A.M.S.B.) Acta capitular 16 de Junio 1811
[5]A.M.S.B.) Acta capitular 4 de Mayo 1811
[6]A.M.S.B.) Acta capitular 31 de Mayo 1811
[7]Climent Buzón, Narciso. Historia social de Sanlúcar de Barrameda. Entre sombras ilustradas y el miedo a la libertad. (1759-1833) Vol.IV Ed. A.S.E.H.A. Editorial Santa Teresa. Sanlúcar de Barrameda.2008 Pág. 109
[8] Hermoso Rivero, Jose María. “El ayuntamiento de Sanlúcar durante la ocupación francesa (1810-1812)  Boletín Cartare .Centro de estudios de la Costa Noroeste de Cádiz. Nº 2 .2012.pp 1-13
[9] (A.M.S.B.) Acta capitular 21 Febrero de 1811
[10] (A.M.S.B.) Acta capitular 7 de Junio 1811
[11] Climent Buzón, Narciso. Historia social de Sanlúcar de Barrameda. Entre sombras ilustradas y el miedo a la libertad. (1759-1833) pp 109-110
[12] (A.M.S.B.) Acta capitular 26 de Junio 1811
[13] (A.M.S.B.) Acta capitular 8 de Julio 1811
[14] (A.M.S.B.) Acta capitular 28 de Julio 1811
[15] A.MS.B Acta capitular del 22 de Enero de 1811. La casa sería la de Don Estanislao de Mendigutia.
[16] A.MS.B Acta capitular del 2 de Diciembre 1811
[17] Hermoso Rivero, José Mª “ La ocupación francesa en Sanlúcar de Barrameda. Distintas formas de colaboracionismo bajo José I ( 1810-1812) Revista  Gargoris. Nº 2. Diciembre 2012. `pp28-33

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