En
el verano de 1844, el historiador y
erudito José Amador de los Ríos (1816-1878) pasó algunos días en Sanlúcar de
Barrameda donde quedó encantado por el rico patrimonio de la villa. Durante su
estancia, De los Rios visitó los principales monumentos como el castillo de
Santiago, utilizado como plaza de toros en esos años, o la iglesia de Santo
Domingo que lucía encalada toda la fachada quedando indignado por el estado de
abandono de los mismos. El historiador, amante del arte, no dejó
de admirar los ricos elementos mudéjares de la parroquia mayor ni sustraerse a la curiosidad de abrir los sepulcros de los
Condes de Niebla para contemplar los restos momificados de los padres del VII
duque de Medina Sidonia.
Fruto de esta estancia, saldría publicado en
Enero de 1845 en la revista literaria El laberinto ,Viajes. Sanlúcar de Barrameda donde dejaba constancia
tanto de los aspectos más interesantes de la historia local como su rico
patrimonio. Dicho relato, aparecería acompañado de un dibujo donde recreaba las
vistas de la ciudad desde la zona de la barranca, distinguiéndose las iglesias
de San Francisco y San Nicolás. Este trabajo, que permanecía olvidado en las
hemerotecas, es un valioso testimonio de la Sanlúcar de mediados del S. XIX cuando
la ciudad comenzó a ser una de las
capitales costeras del veraneo andaluz.
José Mª Hermoso.
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