Muy pocas personas
saben reconocer el mérito del trabajo de los investigadores locales en el campo
de la historia o del patrimonio, y no en pocas ocasiones la defensa y difusión de este bien común, nos ha acarreado la fama de
conflictivos y beligerantes. Hace unas horas puede leer en varios medios
locales y provinciales la noticia sobre la próxima restauración del conocido
estandarte o Pendón Real de Sanlúcar por el IAPH , lo cual me alegra porque significa la
recuperación de una importante pieza histórica de la ciudad. También como nó,
me satisface a nivel personal, ya que a partir de la publicación en este blog el día 14 de Junio de este año de la entrada “El Pendón Real de
Sanlúcar de Barrameda. Un símbolo olvidado de la ciudad “ parece que se ha
puesto en conocimiento de la ciudadanía y la administración la existencia de
este símbolo.
Sin embargo, en los
textos que he tenido la oportunidad de leer no se hace mención al mérito de la datación
de la pieza por parte de la historiadora sanluqueña Rocío Garrido Neva, la cual
publicó la fecha de realización del estandarte y su heráldica descubierta en
los libros de las Actas capitulares de
1665.Dicho descubrimiento aparece
publicado en su magnífico articulo “Aportaciones documentales a la historia del
Castillo de Santiago” en Sanlúcar Señorial y Atlántica. I y II Jornadas de
Patrimonio Histórico-Artístico. 2011-2012. Muchos ignoran que cuando se investiga en los archivos los datos no aparecen a las primeras de cambio, sino que hay que dedicarles mucho tiempo para encontrarlos y en eso radica el trabajo del investigador, primero en encontrarlos y luego en contextualizarlos.
Muchas veces el trabajo
de los historiadores a nivel local es muy poco valorado, ya que nuestro campo
de investigación no se ciñe generalmente a los intereses del ámbito académico.
Así mismo, en muchas ocasiones al no pertenecer al status de los departamentos
universitarios y no ejercer nuestra docencia en la universidad, se nos ve como
profesionales de la investigación con una cualificación menor.
Sin desmerecer el trabajo de nadie, y por aquello de situar en su contexto el hallazgo de documentos por parte de historiadores locales, hay que decir que el término descubrimiento no es el más adecuado para denominar el hecho de encontrar un dato, en la mayoría de las ocasiones sin relevancia para el desarrollo social o económico de la zona.
ResponderEliminarPues en mi opinión, está claro que con el descubrimiento de los datos sobre nuestro pasado y nuestro patrimonio no vamos a conseguir reducir las tasas de paro o aumentar el índice de consumo, pero sin duda, conoceremos y por tanto valoraremos nuestra historia y nuestro patrimonio. El término descubrimiento es totalmente aplicable, ya que hasta que la historiadora Rocío Garrido encontró dichos datos, poco o nada se sabía de la pieza. De esta forma, el descubrimiento del pendón al común de los ciudadanos y la administración, desde que se colgaron varias fotografías en este blog, ha servido para conseguir su próxima restauración y de esta forma que pueda volver a ser admirado y conocido.
ResponderEliminarEvidentemente, el desarrollo social y económico de la zona pertenece a las altas esferas del turismo gastronómico y nunca podría verse ni por asomo eclipsado por un simple dato que se "encuentra" casi al azar, sin necesidad de trabajo, estudio ni interpretación por parte de un experto. La historia y la cultura que son en comparación de la posibilidad de poder disfrutar de una buena ración de langostinos tigre.
ResponderEliminarQué necedad.