
Hace un año, me
encontraba trabajando sobre la figura del historiador Pedro Barbadillo Delgado[1],
cuando llegó a mis manos el diario de
campo de la excavación del yacimiento conocido como “El tesorillo.” Dicha intervención fue dirigida por el arqueólogo
jerezano Manuel Esteve Guerrero en el verano de 1945 y financiada por el
Ayuntamiento de Sanlúcar. Este diario, me fue enviado por la directora del
Museo arqueológico de Jerez, Rosalía
González Rodríguez, cuando le comenté la relación entre el historiador
sanluqueño y este descubrimiento. En su diario, Esteve describía tanto los
materiales, como las estructuras, aparecidas, sin embargo lo que no aclaraba
era donde fueron a parar las monedas y ánforas descubiertas en el Tesorillo. Estos
son los hechos sobre uno de los enigmas de la historia de Sanlúcar.
El
descubrimiento del Tesorillo.
Según narra Pedro
Barbadillo en su libro Historia antigua y
medieval de Sanlúcar de Barrameda[2]
en el verano de 1944 en la zona del
pinar de la Algaida en un paraje conocido como “El tesorillo”, se produce el
descubrimiento de los restos de una
calzada que en las cercanías del lugar habían
ido apareciendo tras el inicio de unas obras para construir un camino forestal.: Extrañados de las referencias que daban,
fuimos mi hermano y yo a examinar tales vetas sacando el convencimiento de que
no se trataba un lecho de antiguo cauce, si no el firme de antiquísima calzada.
El hermano del
historiador era Tomás Barbadillo, en ese momento alcalde de la ciudad y
conocido popularmente décadas después como “El alcalde viejo.”Tras el hallazgo y
viendo que puede tratarse de un descubrimiento importante, decide ponerse en
contacto con el arqueólogo Manuel Esteve
que había sido nombrado pocos años antes
Comisario local de excavaciones arqueológicas de Jerez por el propio organismo nacional.[3] El
alcalde escribió a Esteve comunicándole el descubrimiento:

Tomás
Barbadillo.
Sobre la descripción
del material como fenicio, tenemos que entender que el regidor se dejaba
aconsejar por su hermano Pedro, en ese momento presidente de la Diputación
provincial y muy aficionado a la arqueología. Pedro Barbadillo mantenía la
teoría sobre la existencia de una ciudad tartésica en el pinar sanluqueño que había publicado en su Historia de Sanlúcar de Barrameda (1942). De
esta forma, Manuel Esteve animado por las
autoridades, se hizo cargo de la excavación financiada por el Ayuntamiento de la
ciudad en el contexto de la época de la posguerra, lo cual otorga más mérito a
la iniciativa.
La
excavación del Tesorillo (1945)
Durante la primera visita
de Esteve al yacimiento a finales de Abril, un primer reconocimiento del lugar
determina la existencia de abundante material
cerámico alto imperial: Los
hallazgos se han dado en tres o cuatro puntos próximos entre si y contados en
terreno elevado, es decir como dunas que posiblemente fueron formándose sobre
las ruinas existentes[5]. Decidí acometer la excavación de un muro descubierto en el mismo
borde o ribete de las marismas[6].
Dicha estructura
mediría unos 9,10 m cerrándose en uno
de los ángulos interiores por un muro formado por ladrillos muy gruesos donde
apareciendo sobre todo la conocida algunos anzuelos de cobre y cerámica del
tipo terra sigilata y restos de tejas. Pero aunque Esteve era el responsable
de la excavación, sus obligaciones como director de la Biblioteca municipal de
Jerez, no le permitían estar a pié de campo, por lo que dejó como responsable
al propio alcalde. Este le comunicaba los progresos realizados que el
arqueólogo anotaba en su diario: He
estado tres días en la Algaida y las principales cosas encontradas un ánfora
completa de 1,20 de altura por 4 de ancho de una forma parecida al dibujo que
la adjunto.[…]Además junto a esta ánfora Tomás Barbadillo descubrió varias monedas romanas, cacharros de
cerámica roja con dibujo de elefantes y flores.
T.
Barbadillo.
Sin embargo, mientras
la excavación se estaba realizando, Pedro Barbadillo, sin tener en cuenta que
los restos aparecidos eran romanos, publicó de manera “anónima” en ABC dos
artículos afirmando que posiblemente se había descubierto en la Algaida la
ciudad de Tartessos[7].
Pero por mucho que el entusiasmo del historiador Barbadillo quisiera ver las
míticas ruinas buscadas por Schulten,
Manuel Esteve era un profesional y no iba a mentir sobre lo que estaba
apareciendo:
En la
página siguiente va el croquis de los descubrimientos en la casa de los
pescadores, como la llamamos al principio y que hoy casi podemos afirmar es una
fábrica de salazón y posiblemente de garún y cuyo descubrimiento se ha hecho en
mi ausencia[8].
Junto a la estructura
de la fábrica apareció además un depósito para la sal, un horno para la cerámica, así como restos de vidrios, clavos de cobre y una especie de cuchillo curvo. Los trabajos continuaron hasta el mes de Agosto donde se encontraron el resto de los muros así como algunas monedas del emperador Claudio junto a un gran
número de lucernas. En los últimos días de la campaña, aparecieron
además dos ánforas de salazón de 1,5 y 75 cm, para concluir definitivamente el
25 de Agosto, con la esperanza de continuar la intervención más adelante, algo que no se produciría hasta
1952.
¿Dónde
fueron a parar las piezas del Tesorillo?
Leyendo el diario de la
excavación podemos hacernos una idea de la cantidad de material cerámico y
numismático romano que apareció en la zona, material que fue descrito por Pedro
Barbadillo como fenicio para dar consistencia a su teoría sobre tartessos.
Según explicaba el propio arqueólogo las piezas en descubiertas en 1945 iban destinadas a un futuro museo local que
nunca se creó: Se piensa formar un museo
que se desea instalar en una antigua construcción existente en la cuesta del
Carmen viejo[9]
de estilo manuelino.
Por otra parte, cuando indagué sobre donde se había depositado todo el material descubierto,
me puse en contacto con los directores de los museos arqueológicos de Jerez, Cádiz, Sevilla y el Arqueológico
Nacional, informándome estos que entre
sus fondos no se encontraban nada procedente de la excavación de la Algaida de esos años. Consultando por último con los
familiares del historiador, estos me
informaron que ellos desconocían donde fueron depositado esos objetos de la
Algaida. De esta forma , conocemos algunas de estas piezas por los dibujos
realizados por Manuel Esteve en su diario, así como los planos de las
estructuras descubiertas, ignorando hasta la fecha, donde fueron a parar los
materiales hallados en esa primera excavación del Tesorillo de la Algaida.
José Mª Hermoso.
Lcdo Historia.
Lcdo Historia.
[1] HERMOSO RIVERO, José Mª “Pedro Barbadillo y su visión de
la Arqueología” Actas
III Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir. Arqueólogos por el Bajo
Guadalquivir en la primera mitad del S. XX. Parodi Álvarez, Manuel ( Coord.)
Ed. Asociación Luis de Eguilaz de amigos del libro y las bibliotecas. Imprime
Santa Teresa Industrias gráficas. Sanlúcar 2016. pp 135-157
[2] BARBADILLO DELGADO, Pedro Historia Antigua y Medieval de Sanlúcar de
Barrameda. Reimpresión facsímil completa de 1945- Ed. A.S.E.H.A . Santa Teresa
industrias gráficas. Sanlúcar de Barrameda 2001. pp 76-80
[3] González Rodríguez, Rosalía
“Manuel Esteve Guerrero:
Arqueólogo y fundador del museo.”
Actas III Jornadas de Arqueología del Bajo Guadalquivir. Arqueólogos por el
Bajo Guadalquivir en la primera mitad del S. XX. Parodi Álvarez, Manuel (
Coord.) Ed. Asociación Luis de Eguilaz de amigos del libro y las bibliotecas.
Imprime Santa Teresa Industrias gráficas. Sanlúcar 2016. pp 157-181
[4] ESTEVE GUERRERO, Manuel. Diario de la excavación en “ el tesorillo “
de la Algaida, Sanlúcar. Carta de Tomás Barbadillo trascrita por Manuel
Esteve incluida en el diario de la excavación.
Museo
arqueológico de Jerez de la Frontera. 1945.
fol.1-3.
[6]
Posiblemente
esta estructura era el conocido como muro de las marismas construido en 1571
y que evitaba las inundaciones y que fue
descrita por Velázquez Gaztelu. VELAZQUEZ-GAZTELU, Juan Pedro. Historia antigua y moderna de la muy noble
ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen I. A.S.E.H.A. Sanlúcar de
Barrameda. 1992 pág. 250
[7] Descubrimientos
arqueológicos en Sanlúcar de Barrameda ¿Hic est Tartesos? Diario ABC 16 Junio
1945. Edición de Sevilla. Aunque dicho
articulo no aparece firmado, el propio
Esteve afirma en su diario que fue el propio Pedro Barbadillo.
Magnífico artículo. A ver si descubrimos en poder de quién se encuentran estos materiales y empezamos a organizar un museo de historia local. Sanlúcar debe ser una de las pocas ciudades de España -o la única- de su categoría poblacional e histórica que carece de un museo de este tipo.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, es un primer paso para dar a conocer este patrimonio desconocido.
ResponderEliminarComo bien consideras y adviertes el legado debe ser conservado y costodiado lo mas próximo al resto estudiado, porque cual ecosistema no puede entenderse sino en su contexto original... El concepto de "acumulo" descontextualizado no tien sentido histórico ni científico... no se trata de crear "parques temáticos artificializados" sino espacios inherentes a su raiz y origen
ResponderEliminarNo deberías preguntar a la familia Barbadillo. Sanlúcar fue siempre conocida como un lugar de 'pillaje'. Tómate un vino o dos por el centro y pregunta a los viejos, a ellos les da igual decirte que los restos adornan sus patios y cortijos
ResponderEliminarEstupendo articulo Chema, una pena como siempre lo que desapareció y sigue desapareciendo en la ingente cantidad de yacimientos que alberga el municipio de Sanlúcar.
ResponderEliminarMuchas gracias.