Solemos encontramos términos que nos conducen irremediablemente a interconexiones. Así cuando decimos «Sanlúcar» lo asociamos en los últimos años a «gastronomía.» Aunque para muchos esta relación pueda ser algo natural como consecuencia del tiempo y la tradición, desde mi opinión existen factores que han contribuido para que esto ocurra.
Por un lado, el auge del turismo en la
provincia de Cádiz, así como las campañas de promoción de la ciudad. Pero
debemos de pensar que no todo ha surgido de manera natural, tras el esplendor
de la gastronomía en los últimos años existe una serie de elementos que han
influido en ello. Sin lugar a dudas, uno de esos elementos ha sido la obra
bibliográfica de José Carlos García Rodríguez dedicado durante décadas a dar a
conocer el arte culinario local. Desde que en el año 2000 salió a la luz «La cocina sanluqueña y sus mejores recetas» (Pequeñas Ideas, 2000) hasta «La cocina sanluqueña:
historia, modos y sabores» (Almuzara,2017) el autor se ha
convertido en el gran divulgador de la gastronomía autóctona. No en balde y
teniendo en cuenta que estamos hablando del escritor sanluqueño con más obras
publicadas, García Rodríguez también se ha dedicado a investigar la historia y
la cultura de su pueblo desde los inicios de su carrera con libros como la guía
«Sanlúcar de Barrameda » (Everest,
1985) los destinados a las Carreras de Caballos, o las monografías dedicadas a
personajes como Joaquín Turina, Pedro Badanelli o Don Antonio de Orleans entre
otros. De igual manera, su labor en pro de la cultura sanluqueña no se ha
quedado en plasmar en negro sobre blanco sus investigaciones. No se puede dejar
de mencionar que es el artífice de la actual bandera de la ciudad- algo de lo
que se siente muy orgulloso y que se le reconoció cuando se le otorgó la
Medalla de Oro de Sanlúcar.
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