Posiblemente
uno de los edificios más interesantes de la arquitectura contemporánea
sanluqueña que ha sobrevivido a los avatares del tiempo, sea la Plaza de Toros.
Dicho coso taurino, que aun mantiene su primigenia función adaptada además a
otros espectáculos, fue comenzado a construir a finales de la década de 1890,
en unos años donde la ciudad estaba azotada por una cruel crisis laboral y de
subsistencia como consecuencia de la falta de trabajo en el sector de la vid atacada por
la plaga de la filoxera.
Aquella
Sanlúcar de finales de S.XIX contaba con una población de 22.771 habitantes[1],
de las cuales la mayor parte pertenecía a la clase jornalera. Con una creciente tensión social, las autoridades mandaron patrullas de la guardia civil a los principales barrios[2] para evitar cualquier alteración del orden público como consecuencia del miedo de las oligarquías
locales a los atentados anarquistas perpetrados por la temida “mano negra.”
Las
autoridades ante la falta de trabajo en el campo y para intentar paliar una
revuelta social, decidieron iniciar la construcción de un edificio que
requiriera una gran cantidad de obreros. Con este motivo se iniciaron las obras
de un moderno coso taurino, ya que la ciudad solía celebrar las corridas en
improvisados ruedos o edificios adaptados como el patio del Castillo de
Santiago[3].Según
documenta Montero Galvache en un artículo publicado en ABC en 1969[4],
en 1816 se proyectó construir una primera plaza de toros en la explanada de
Capuchinos, pero ante la negativa de los frailes, se construyó finalmente en “
El Palmar”. Ese primer ruedo estable, duró unos cuatro años, trasladándose en
1827 al patio del Castillo de Santiago y posteriormente a las huertas del
convento de Santo Domingo y luego de San Francisco.
Así, terminando el S. XIX según se recoge en
la prensa, se iniciaron las obras de un edificio que pudiera acoger los
festejos taurinos. Las obras comenzaron en 1898[5] para
estar concluidas ese mismo año, pero la realidad hizo que el coso taurino con un
aforo de 2000 personas, no se inaugurara hasta el 1 de Julio de 1900 ,siéndole
concedida su gestión por tres años a D. Salvador Blanco que pagó 5000 duros. Dicho empresario también gestionaba la vecina Plaza de Toros de Jerez[6].
Según se recoge en la crónica taurina publicada por la revista “El toreo” la
corrida de inauguración corrió a cargo de los matadores “Lagartito” y
“Machaquito” que lidiaron toros de la
ganadería de Miura registrándose un lleno absoluto[7].
Con la novedad del
estreno de la plaza de Toros, durante el verano de 1900 se sucedieron los
festejos taurinos, celebrándose la segunda corrida el 17 de Julio que contó con
la participación del célebre torero Sanluqueño, Manuel Hermosilla, acompañado
en la terna por “Bombita”. El sanluqueño luciendo un traje negro y oro
dio al primero de los astados de la ganadería de Otaolaurruchi tres pases, pero
resultó herido por un palo en la frente teniendo que marcharse a la enfermería,
para volver a banderillear al tercer toro. Bombita ( Celeste y oro) Se
desconfió al pasar la muleta acabando con el de un pinchazo con mala dirección[8].
La tercera de las
corridas celebradas en el nuevo coso taurino, tuvo lugar el domingo 23 de Septiembre, sufriendo un grave
percance el diestro Ángel Carmona que recibió heridas en la comisura de la
cara y en la axila[9].
Comenzado el año de 1901, con la finalización de la construcción de la plaza de
Toros que alivió, la situación de desempleo general de muchos sanluqueños, volvió a llevar a una gran parte de los jornaleros al paro. Estos se manifestaron en Enero de 1901 ante el gobernador civil, consiguiendo
que la autoridad provincial concediera una subvención de 25.000 pesetas para la
construcción de una carretera y las mejoras del paseo de La Calzada de la Reina Mercedes.[10] Aun
así, la falta de trabajo llevó a muchos sanluqueños a emigrar a diferentes países
de Latinoamérica. Según recogió “ El Heraldo militar” en Noviembre de 1900
partieron desde Cádiz 106 viticultores para Buenos Aires quedando otros 250 en
espera de poder viajar a la misma ciudad[11]. Otro
grupo llegaría al puerto de Cádiz el 24 de Noviembre esperando a embarcar con
destino a Brasil[12].
La
actividad taurina volvió a la ciudad en Agosto de ese año con una corrida que
contó con la presencia del diestro Reverte, Jarana y Velasco, atrayendo a
numeroso público llegado de Sevilla que dejó sin aposentos a la ciudad. La
corrida se saldó con una gran faena de Reverte el cual resultó herido en un
muslo[13].
La
última de las corridas que tuvo lugar el 25 de Diciembre, la
celebración en tan insólita fecha se debió en beneficio
de las familias de unos marineros cuya embarcación había naufragado el 30 de
Noviembre. La corrida contó con la participación del novillero sanluqueño Rafael
Díaz “Ostión” y Manuel Diaz “ Agualimpia”[14].
Se destacó en el festejo “Ostión” que como premio a una meritoria faena recibió
un billete de 100 pesetas y una caja de puros regalada por el registrador de la
propiedad a quien el diestro le brindó la muerte del astado.
Aquel
año de 1902, la crisis social que había estado intentando contenerse mediante
el patrocinio de diferentes obras públicas, estalló ante la total falta de
trabajo y la radicalización de los jornaleros animados por comité republicano
liderado por el sanluqueño Diego Gallego. El gobierno de la regencia presidido
por el anciano Sagasta, envió al
Director de Obras Públicas Arias de Miranda[15] a
visitar Jerez y Sanlúcar para conocer de primera mano la situación y supervisar
las obras del pantano de Guadalcacín.
Aprovechando
la tensión del momento, se declaró en Sanlúcar una huelga de hortelanos que se
negaban a pagar al ayuntamiento el arbitrio impuesto por el consistorio para
poder vender sus productos a otros pueblos,
a lo que el gobernador civil respondió enviando refuerzos a la guardia
civil[16]
comandados por el jefe del cuerpo. Finalmente el conflicto se solucionó
llegando a un acuerdo los hortelanos con el Ayuntamiento al día siguiente.
Pero
no todos los conflictos tendrían una fácil solución, en Marzo tras un fuerte
temporal de lluvias, los obreros se negaron a aceptar el “socorro mutuo” de dos
reales por considerarlo insuficiente para mantener a sus familias. Al día
siguiente unos 1000 obreros se manifestaron ante el ayuntamiento reclamándole
trabajo al alcalde Leopoldo del Prado. Este alegó que solamente tenía fondos
para dar trabajo a 500 de ellos, a lo que los jornaleros se negaron reclamando
trabajo para la totalidad[17].
La manifestación sin poder alcanzar su objetivo fue dispersada por la guardia
civil. Finalmente y ante la gravedad de
la situación, las autoridades iniciaron las obras de la carretera Jerez-
Lebrija, dando trabajo a una gran parte de los jornaleros, como siempre un
parche ante la herida de un conflicto que se recrudecería en los años
siguientes.
[1]
Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la
administración. (1897) página 1.179.
[2] “ El imparcial “ Nº 10.673.
[3] Hermoso Rivero , José Mª “El
toro del Aguaardiente: Una fiesta con final trágico.
http://sanlucarcontemporanea.blogspot.com.es/2016/02/el-toro-del-aguardiente-de-sanlucar-una.html
[4] ABC.
14/8 /1969
[5] Revista “ El enano” Madrid. 1885). 12/6/1898, n.º 381, página 3
[6] “ El Heraldo de Madrid” 8 de
Marzo de 1900
[7] “ El toreo”
Lunes 2 de Julio de 1900.
[8] “ La lidia “ Lunes 23 de Julio
de 1900.
[13]
“ El liberal” 18 de Agosto de 1901.
[15]
“ La Época” Sábado 25 de Enero 1902
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