
Posiblemente casi nadie
recuerde la importancia que tuvo aquel 3 de Julio de 1898, pero durante décadas
tal día quedó marcado de manera trágica en los calendarios de muchas familias
españolas. Aquel domingo 3 de Julio, el gobierno español prefirió anteponer su perdido prestigio colonial a las vidas de
miles de marineros embarcados en obsoletas naves de guerra frente a la moderna
flota norteamericana que esperaba fondeada fuera de la bahía de Santiago de
Cuba.
Repartidos en dos de
las naves españolas el Crucero acorazado
Cristóbal Colón y el Vizcaya se encontraban cuatro marineros sanluqueños,
Manuel Díaz Daza[1],
Francisco Moll Llorente, Sebastián Maestre Guerrero en el primero y Rafael Hermoso Merino[2] en
el Vizcaya; a los cuatro les hubiera
gustado estar aquella mañana del 3 de Julio en cualquier parte, lejos de la batalla que estaba a punto
de ocurrir.
Manuel Díaz, Francisco
Moll y Sebastián Maestre, habían sido enrolados como marineros de 1º clase en la tripulación cuando el Cristóbal Colón atracó en Cádiz el 8[3] de
Abril de ese mismo año, mientras que Rafael Hermoso,se encontraba enrolado en
el Vizcaya como cabo 1º desde Febrero de 1897, cuando el crucero acorazado se disponía a
partir desde Cádiz hacia el puerto británico de
Spithead para participar en la revista naval en honor de la reina Victoria de
Inglaterra. La marina española, había decido participar en tal evento que debía
celebrarse entre los días 12 y 14 de Junio, como gesto de amistad con el
gobierno inglés e intentando demostrar que el prestigio de la armada seguía
intacto. La armada española había mandando construir a principios de 1890 tres modernos buques como Infanta María Teresa ,El Almirante Oquendo y el Vizcaya, los tres navíos pertenecían a la llamada
1º clase de cruceros acorazados inspirados en los diseños británicos de la
clase Galatea, mientras que , El Cristóbal Colón botado en 1896, pertenecía a la serie de
acorazados italianos Clase Giuseppe Garibaldi mucho más rápidos, pero de menor
blindaje.
Después de participar
en los fastos en honor de la reina británica, el Vizcaya partió hacia el
puerto de Nueva York como gesto recíproco de buena voluntad con el gobierno norteamericano
que había enviado a su buque el USS Maine en visita amistosa a La Habana, a pesar de las tensiones que mantenían ambos países por el problema colonial en Cuba. El buque español llegó el 25 Febrero, cuatro
días después de que el Maine sufriera
una explosión y se hundiera en el puerto de La Habana. Ante la grave situación
que conducía a un conflicto entre los dos países, el gobierno Español ordenó el
regreso del Vizcaya al puerto de Santiago de Cuba, donde se reuniría con el
resto de la flota española en vista de una más que posible guerra. Curiosamente, un cinematógrafo recogió el momento de la salida del Vizcaya del puerto de Nueva York, siendo de las pocas imágenes que se conservan de la marina española previas a la guerra.Está comenzó
oficialmente el 1 de Mayo de 1898 cuando la flota norteamericana atacó a la
escuadra española en la bahía de Manila en la hoy llamada batalla de Cavite.
Aquella mañana del 3 de
Julio en Santiago de Cuba, la escuadra comandada por el Almirante Cervera,
había recibido la orden de romper el bloqueo que la flota
norteamericana había establecido desde el 19 de Mayo sobre la ciudad. Los mandos españoles
sabían que enfrentarse a los norteamericanos en el mar era un suicidio, no solo
por la potencia de fuego de su artillería y el blindaje de sus buques, sino
también por la falta de carbón de los barcos españoles que podían provocar que
quedaran a la deriva en medio de la batalla. Sin embargo, el peligro de que las
tropas norteamericanas tomaran por asalto la ciudad de La Habana, obligó a la
marina a salir en socorro de sus compatriotas.

Los capitanes de la flota
española encabezados por el Almirante Pascual Cervera, sabían que no tenían
ninguna posibilidad, pero al no poder negarse a obedecer la orden decidieron
intentar salvar el mayor número de vidas de su tripulación navegando pegados a la costa. Fuera de la bahía de Santiago de Cuba los
esperaban la flota norteamericana formada por 7 buques acorazados.
Despuntando el alba de aquel 3 de Julio, el
primero en salir del puerto de Santiago
de Cuba fue el Infanta María Teresa[4]
dirigido por el propio almirante Cervera, cuya misión era atraer el fuego
de la flota enemiga para facilitar la salida de los otros buques. El Infanta María Teresa dirigió todo el
fuego de su artillería hacia el acorazado estadounidense Brooklyn ala vez que ponía rumbo a su objetivo con intención de
abordarlo, pero el duro castigo de la artillería enemiga provocaron que apenas
una hora después el buque insignia del
almirante viera reducida la potencia de su máquinas convirtiéndolo en
un blanco fácil. Ante esta situación, Cervera ordenó la evacuación de la nave para
salvar el mayor número de sus hombres, estos al no tener botes de salvamento,
tuvieron que nadar los 200 metros que los separaban de la costa .

El Cristóbal Colón siendo el más rápido de los buques de la flota
española, fue el único que tuvo alguna posibilidad de escapar, ya que al no
tener montada parte de los grandes cañones le permitía
ganar velocidad frente a sus enemigos. Sin embargo la escases de combustible de
calidad provocaron que perdiera velocidad y quedara incapacitado para huir.
Ante esto, el capitán Díaz Moreu ordenó abandonar la nave , para después ordenar abrir las exclusas y
hundirlo después de salvar a la mayoría de la tripulación, entre los que estaban los cuatro marinos de
Sanlúcar. El Cristóbal Colón, solo
sufrió una baja de los 543 de sus tripulantes, siendo la nave española que sufrió menos pérdidas.

Aquellos cuatro
sanluqueños lograron regresar a la península, de entre todos ellos solo conozco
lo que el destino le guardó a Rafael Hermoso, mi bisabuelo, que ejerció hasta
su fallecimiento el 8 de Marzo de 1930 el cargo de practico de la barra del
Guadalquivir. De esta historia nunca tuve constancia hasta que hace unos años encontré
su nombre y el de los otros cuatro en una relación de supervivientes de la
flota española en la batalla de Santiago de Cuba, espero que algún día pueda
arrojar un poco de más luz sobre su vidas, pero por ahora, valga este humilde
rescate de sus nombres.
Bibliografía:
-Hemeroteca nacional de
prensa histórica.
-Barroso Mendoza, Juan
Luis,” Cervera y la batalla de Santiago de Cuba” http://www.revistapuertadelsol.com/revistapuertadelsol/revistas/numero11/cinco/cinco.php
- Diario de Cádiz .27 de Marzo de 2005.
-
Lista de tripulantes de los navios españoles en la Batalla de Santiago de Cuba.
.http://foro.todoavante.es/viewtopic.php?f=75&t=1535
[2] Lista de tripulantes de los
navios españoles en la Batalla de Santiago de Cuba. .http://foro.todoavante.es/viewtopic.php?f=75&t=1535
[3] La
correspondencia de España. 15 de Mayo de 1897
[4] Barroso Mendoza, Juan Luis,”
Cervera y la batalla de
Santiago de Cuba” http://www.revistapuertadelsol.com/revistapuertadelsol/revistas/numero11/cinco/cinco.php
Se sabe porque nuestros barcos eran de madera y los de los americanos estaban blindados?
ResponderEliminarLa guerra de la "Infamia", estos bravos hombres tenian dos enemigos, los propios gobernantes españoles y los prepotentes y codiciosos norteamericanos.Un "Viva España" por ellos.
ResponderEliminarManuel Vistall.