
En los últimos días la
noticia sobre el posible cierre del convento de las descalzas ha alarmado a
todos los colectivos culturales de Sanlúcar. De esta forma los precedentes
similares tras el cierre de otros conventos, nos hacen ser pesimistas en lo
referente a la disgregación del valioso
patrimonio artístico que se conserva en el edificio.
Sin embargo, dejando de
lado el rico conjunto de retablos, cuadros y esculturas, otro tesoro más
desconocido para la opinión pública es el valioso archivo que atesora. Dentro
de sus fondos se encuentra el llamado Códice de Barrameda, única copia del Canto espiritual de San Juan de la Cruz con anotaciones del autor y
que sirve de referencia a todas las ediciones de la obra.Si esto no fuera suficiente, dentro del archivo conventual, perfectamente catalogado por la tristemente desaparecida doctora Rocío Garrido Neva, se conservan legajos desde el S. XVII como los libros de crónicas. En dichos documentos no solo se registraban año por año los acontecimientos más relevantes que vivía la comunidad, si no que indirectamente, se narraban los sucesos de la ciudad tales como la guerra de la independencia o la revolución cantonal. De esta forma, el archivo de las descalzas no solo tiene un interés religioso, si no que forma parte del patrimonio documental de Sanlúcar.

Muy posiblemente sea poco lo que se pueda hacer, además de plantearnos con pesimismo: ¿Qué será lo próximo? .Sin embargo cuando las generaciones venideras nos pregunten como permitimos este desastre, podremos alegar que al menos no fuimos cómplices con nuestra indiferencia.
José Mª Hermoso