BIENVENIDA:


"No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser siempre niños " Marco Tulio Cicerón.

Este blog nace con la intención de difundir en la red la historía de Sanlúcar de Barrameda. Se pretende que esta página sea una herramienta más para conocer la historía local aportando articulos y noticias relacionadas con la historia y la cultura sobre Sanlúcar y su provincia.
Gracias por vuestra visita.

Publicación electrónica seriada registrada con IBSN (Internet Blog Serial Number)

IBSN: Internet Blog Serial Number 4-4-1453-1789

© Historia de Sanlúcar contemporanea, 2010 Todos los derechos reservados.





domingo, 18 de septiembre de 2016

Tragedia en la Plaza de Toros de Sanlúcar: La muerte de Faustino Posadas. ( 1907)



Después de un grito desgarrador que levantó al público, la plaza quedó muda como un cadáver. Aquel 18 de Agosto de 1907, el coso taurino de Sanlúcar  fue azotado por la tragedia, la misma que se vislumbra en cada festejo cada vez que un torero se enfrenta al toro pero que suele esquivarse por la suerte. Sin embargo la suerte  no estuvo esa tarde con el novillero Faustino Posadas, que tendría el luctuoso honor de ser el primer torero muerto en la plaza de Sanlúcar.

Aquella tarde se  lidió una novillada con reses de la ya temida ganadería de Miura para los jóvenes novilleros Corchaito y Faustino Posadas, que se enfrentarían en un mano a mano anunciado escuetamente en las revistas y diario taurinos. Posadas, que contaba con 22 años, había nacido en Sevilla en 1884[1] siendo  hijo de Francisco Posadas y Ángela Carnerero. Su padre ejercía  como guarda de la dehesa de Tablada, esa misma dehesa donde un joven Juan Belmonte junto con otros novilleros, toreaban furtivamente con sus chaquetas las reses que  allí pastaban. Inmerso en ese ambiente ganadero, Faustino apenas terminada la escuela decidió hacerse torero, viendo que esta era la única salida que tenia para salir de la situación de estrechez en la que vivía su familia.

Así con ayuda de algún ganadero amigo de su padre, Faustino Posadas debutaría como novillero en 1902 en Sevilla, a la que le seguirían otros festejos en Zafra, Alcalá,  y Olivenza. Viendo que en esos años no conseguía ganar mucho dinero, en 1905 decide acompañar a América al matador sevillano Bonarillo. A su regreso a España al año siguiente, decide hacer su presentación como novillero el 3 de Junio en Sevilla, para continuar toreando en Madrid y Barcelona.

Aquel 18 de Agosto en Sanlúcar el primero de los novillos de la terna de nombre Agujeto le tocó en suerte a Faustino, que con mucho oficio le hizo una faena que levantó la ovación del público. Antes de entrar a matar, Faustino miró al tendido para brindar la muerte del animal, como era costumbre. En ese momento el novillo se arrancó rompiéndole con el pitón la faja para luego introducirle el asta por la tráquea levantando por el aire al torero. Al caer al suelo, los subalternos viendo la gravedad de la cogida, liaron un capote en el cuello del torero y rápidamente lo trasladaron a la enfermería de la plaza. Al llegar a esta, el doctor sanluqueño López Ballester inspeccionó la herida de 10 cm que había destrozado la región infrahiodea, dando pocas esperanzas de salvación para el diestro.

 Apenas una hora después, mientras que Corchaito tenía que lidiar el resto de la corrida, Faustino Posadas recibía la extremaunción en la enfermería. Como le era imposible articular palabra, Faustino Posadas pidió escribiendo en un papel, que viniera a verlo el ganadero Eduardo Miura, para rogarle que no desamparara a sus padres. Durante la agonía que se postergó toda la noche, el novillero estuvo acompañado por su padre y los mozos de la cuadrilla que entre innumerables cigarros, veían impotentes como la sangre manaba a borbotones empapando la cama del torero. Esperando un milagro  el ganadero Atanasio Martín clavaba en la cabecera de la cama una foto de la Virgen de los Reyes. Finalmente  el milagro no se produjo y Faustino Posadas falleció en la enfermería  a las 4 de la tarde el 19 de Agosto.

El mísero habitáculo, se convertiría en una improvisada capilla ardiente, a la que se acercaron numerosos curiosos así como los famosos matadores Bombita, El Algabeño y Serranito que llegaron a la ciudad para velar el cadáver.  Finalmente el día 21, se trasladó el cuerpo desde la plaza a la estación de ferrocarril para ser llevado en el tren correo a Sevilla. El cortejo partió desde la plaza de toros siendo el féretro acompañado hasta la estación  por el silencioso pueblo de Sanlúcar. Ese mismo pueblo que días antes había enmudecido al ver  como  la muerte aparecía  por primera vez en la arena de su plaza de toros.
José Mª Hermoso.





[1] “La corrida. Revista taurina ilustrada.” Lunes 26 de Agosto de 1907.

No hay comentarios:

Publicar un comentario