 Ayer
sábado se celebró el funeral de alguien grande, la doctora en Historia del Arte
Doña Rocío Garrido Neva. Sé que ahora mismo desde donde estés me estás diciendo
: “No me escribas nada Chema”. Pero me es inevitable. Puede que  muchos no sepan quién era, pero para todos
aquellos que hemos coincidido con ella en el Archivo de Medina Sidonia o el Municipal
de Sanlúcar, Rocío era un referente de trabajo y tenacidad en la investigación
a la que todos admirábamos por su constancia. Además de todo esto, era una
excelente compañera, en un mundillo de envidias y recelos, ella siempre estaba
dispuesta a ayudarte facilitándote un dato u orientarte de manera sincera.
Ayer
sábado se celebró el funeral de alguien grande, la doctora en Historia del Arte
Doña Rocío Garrido Neva. Sé que ahora mismo desde donde estés me estás diciendo
: “No me escribas nada Chema”. Pero me es inevitable. Puede que  muchos no sepan quién era, pero para todos
aquellos que hemos coincidido con ella en el Archivo de Medina Sidonia o el Municipal
de Sanlúcar, Rocío era un referente de trabajo y tenacidad en la investigación
a la que todos admirábamos por su constancia. Además de todo esto, era una
excelente compañera, en un mundillo de envidias y recelos, ella siempre estaba
dispuesta a ayudarte facilitándote un dato u orientarte de manera sincera.Pero sobre todo Rocío nos deja su recuerdo entrañable a todos los que la conocimos, sus colegas y la mayoría amigos no podremos evitar tenerla en la memoria. No va a ser fácil volver al “Archivo” y no verla sentada en silencio con sus “papelitos” -como decía- ni compartir el café de las 11:00 en las pausas del “Archivo”.
Descansa
en paz compañera, te vamos a echar de menos. 
 
 
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