Actualmente el Círculo de artesanos de Sanlúcar es sin duda una de las instituciones más importantes a nivel cultural de la ciudad. En su dilatada historia surgida a mediados del siglo XIX ha abanderado proyectos novedosos para el desarrollo económico de Sanlúcar. En este breve artículo, daremos a conocer uno de las iniciativas más importantes que desarrolló la institución primigenia a la actual, como fue la creación de la primera escuela de adultos junto con la primera biblioteca pública surgidas en 1868.[1]
EL origen del actual Círculo de artesanos lo
encontramos en el denominado Círculo
liberal que había sido fundado tras
la toma del poder por parte del partido progresista
durante la revolución de Septiembre de 1868. Dicho acontecimiento, supuso
en la ciudad que se instaurara un ayuntamiento integrado en su mayor parte por
los liberales liderados por Eduardo Hidalgo Verjano, (progresista) Domingo Pérez Marín (republicano) y con
Eduardo Gutiérrez por el grupo demócrata.
De esta forma, sabemos que el Círculo liberal nacería dentro del
denominado casino, que era el lugar
de reunión de los liberales de la ciudad. Será el 23 de Octubre de 1868 cuando
en la sesión capitular, dos destacados progresistas como Francisco Javier
Matheu y Gerónimo Angulo manifestaron su intención de crear esta institución:
D. Francisco Javier Matheu, Don
Gerónimo Angulo y otros, presentan las bases del Casino, denominado Círculo
liberal. Con el objeto de difundir la instrucción entre las clases
trabajadoras, y estrechar los lazos de amistad que deben ecsistir entre los
amantes de la libertad y del progreso. El ayuntamiento escucha con satisfación su lectura aprobando
con entusiasmo un pensamiento tan beneficioso para la población[2].
Según
Climent Buzón, la primera sede del círculo
Liberal estuvo en la calle Bolsa en la conocida como” casa de los minutos”
esquina con la calle Mar. El propio autor aclara que ya en 1849 se había fundado el casino en las antiguas
dependencias del convento de Santo Domingo para trasladarse un año después[3]. La parte baja del edificio se dedicaría a la
escuela mientras que el piso superior estaba reservado al ocio[4].Sin
embargo, como ocurre con todos los proyectos que tienen un origen filantrópico,
los intereses políticos y desavenencias personales terminaron por empañarlo
conduciéndolo al fracaso.
La instrucción pública en el siglo XIX. La
Fundación Francisco de Paula Rodríguez.
A lo largo del siglo XIX
aparecieron en Sanlúcar diversas instituciones preocupadas en mayor o menor
medida de la instrucción pública de las clases populares. Los primeros
antecedentes de escuelas para las clases menesterosas lo encontramos en el
proyecto de escuelas patrióticas que tenía en su haber la Sociedad
económica de amigos del país de Sanlúcar[5] y que pretendía instruir a
las mujeres más pobres para alejarlas de la prostitución o la mendicidad. De
igual forma, tenemos que diferenciar entre las escuelas para párvulos,
gestionadas por la Iglesia y que funcionaban regularmente en la ciudad[6] como es el caso de las
“escuelas reales”.
Sin embargo, el gran proyecto educativo
para la ciudad llegaría en las primeras décadas del siglo XIX con la ambiciosa idea de fundar un instituto
de segunda enseñanza con los bienes otorgados por Francisco de Paula Rodríguez. Este,
mecenas y filántropo había fallecido en
1811[7], mientras que su esposa, Joaquina Sánchez, que
fue extorsionada por los franceses durante la ocupación,[8] encontraría la muerte en
1822. El matrimonio había dejado una serie de cuantiosas propiedades para que
se construyera un colegio dedicado a las clases menesterosas. Como explica de manera pormenorizada Narciso Climent, el arzobispado de Sevilla se
erigió ante las autoridades de la nación como albaceas de los bienes, creando
una fundación presidida por el cura párroco de la ciudad. Aún así, cuando en
1836 el jefe político de la provincia visitó la ciudad y tuvo noticias de la
creación del seminario con los fondos de Francisco de Paula Rodríguez, denunció
el mal uso que se había hecho de estos, ya que la intención del donante era
dedicarlos a una escuela y no a una institución eclesiástica.
De esta forma, la controversia por la tergiversación de la voluntad del testador sería
uno de los temas candentes durante gran
parte del periodo isabelino. Esto será reivindicado por los partidos progresistas y sobre todo por el grupo demócrata-republicano, que demandaron la recuperación de estos bienes
para la mejora de la educación. Con este clima de anticlericalismo, en enero de
1868 se fundaría en el antiguo seminario[9] situado en el convento de San Francisco, un instituto de Segunda enseñanza, pero
dirigido por los padres escolapios[10].
Asegura
“El comercio de Cádiz” que á consecuencia de las vivas gestiones que ha hecho
el Sr. Ferrer, diputado á Cortes por dicha provincia, está resuelto
favorablemente por el gobierno el expediente de cesión del convento de San
Francisco de Sanlúcar de Barrameda, á los patronos de la fundación Rodríguez,
para el establecimiento de un colegio de segunda enseñanza, bajo la dirección
de los padres Escolapios.
Esto indignó a los líderes de los partidos
liberales como Eduardo Hidalgo Verjano presidente del partido progresista, o su
homónimo demócrata Miguel Herrera de la Cámara.[11] Ambos pretendían que la
institución estuviera desvinculada de la iglesia. No Será hasta Septiembre de
1868, cuando progresistas y demócratas tomen el poder en la ciudad e intenten crear el ansiado proyecto del
instituto de Segunda enseñanza con los bienes de la Fundación[12].
Barricadas de la Cantonal en 1873. (J.M.Hermoso) |
José
Mª Hermoso Rivero.
Lcdo.
Historia.
Profesor
Colegio Compañía de María de Sanlúcar
Publicado en la Revista " Círculo" Editada por el Círculo de artesanos de Sanlúcar de Bª.
[1] Dichos datos se encuentran
extraídos de una monografía del autor sobre el Sexenio revolucionario en
Sanlúcar.
[2] Archivo
Municipal de Sanlúcar de Barrameda. ( A.M.S.B) Cuaderno de actas capitulares desde
el 29 de Septiembre de 1868.
Sig. 4858. Acta capitular del 23 de
Octubre de 1868. fol 121
[3] Climent Buzón, Narciso, Calles y plazas de Sanlúcar de
Barrameda. Recorrido histórico. ASEHA.
Imprime Santa Teresa Industrias gráficas. Sanlúcar 2004. Pág. 395
[4] Climent
Buzón Narciso, Historia social de
Sanlúcar de Barrameda. En los tiempos de
Rubio Contreras. (1868- 1902) Vol. VI. Ed. ASEHA. Imprime Santa Teresa
Industrias gráfica. Sanlúcar 2011. Pág. 143
[5] Márquez Hidalgo, Francisco Godoy y la Sanlúcar ilustrada. Colección
Cuadernos de Sanlúcar Fundación Municipal de cultura. Santa Teresa Industrias
gráfica. Sanlúcar 1995. Pág. 63
[6] Climent Buzón, Narciso . Historia
Social de Sanlúcar de Barrameda . Vol.
IV. Entre
Sombras ilustradas y el miedo a la libertad. ( 1759-1833). Ed. ASEHA. Santa Teresa industrias
gráficas .Sanlúcar 2009. Pág 197
[7] Climent Buzón, Narciso . Historia
Social de Sanlúcar de Barrameda . Vol.
IV…. pp 245- 246
[8] Hermoso Rivero, José Mª “El
ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda durante la ocupación francesa
(1810-1812)”. Revista “ Cartare” Centro de estudios de la Costa noroeste de
Cádiz. 2012. pp 50- 63-
[9] ( A.M.S.B)
Libro de Actas
capitulares de 1868 . Sig. 4857. Acta capitular del 14 de Enero de 1868. Fol
10.
[10] Diario
“La época” 17 de Enero de 1868.
[12] Archivo
Municipal de Sanlúcar de Barrameda ( A.M.S.B) Actas de la junta revolucionaria de
Sanlúcar. Sig.4858.
24 de Septiembre 1868. Fol. 23
[13] ( A.M.S.B) Actas de la junta revolucionaria de
Sanlúcar…Sesión
del 2 de Octubre de 1868. fol 55.
[14] ( A.M.S.B) Actas de la junta revolucionaria de
Sanlúcar..13 de
Octubre 1868. fol. 69
[15] Cuaderno de actas capitulares. Sesión del
17 de Noviembre 1868. El
local que se solicitó era el de la escuela de la 3º demarcación..fol. 147.
[16] ( A.M.S.B) Libro
de actas capitulares de 1869. Sig. 4859 Acta capitular del 26 de Febrero de
1869. Fol 72
[17] ( A.M.S.B) Libro
de actas capitulares de 1869. Acta capitular del 23 de Febrero de 1869.
Fol. 63
[18] A.M.S.B) Libro
de actas capitulares de 1869. Acta capitular del 5 de Marzo de 1869. Fol 84
[19] Climent Buzón Narciso, Historia social de Sanlúcar de
Barrameda. En los tiempos de Rubio
Contreras. (1868- 1902) Vol. VI… Pág. 217.